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sábado, 30 de abril de 2016

Siete meses de suspensión a un jugador benjamín


Un jugador de categoría benjamín del club Los Vélez, perteneciente al grupo 8, ha sido sancionado con siete meses de suspensión para alinearse con su equipo después de que el Comité de Competición y Disciplina Deportiva de la FIFLP (Federación Interinsular de Fútbol de Las Palmas) le haya considerado responsable de una infracción grave por agredir a un árbitro momentos después de que fuera expulsado en el transcurso del partido que su equipo disputaba contra la formación contraria del Balos.
Además, el órgano disciplinario de la FIFLP adopta la resolución de computar para el cumplimiento de la sanción el tiempo ya cumplido por suspensión provisional, además de dar el partido por finalizado con el resultado reflejado en el acta arbitral (Vélez, 0-Balos, 2).
Según el acta arbitral, los hechos se produjeron cuando el futbolista fue expulsado. En ese momento, el jugador se dirigió hacia el árbitro y le propinó dos patadas en las piernas sin causarle daño aparente. El jugador fue retenido por su delegado y el partido fue suspendido.
Tras el encuentro, el colegiado tuvo que desplazarse hasta un centro médico, donde los facultativos le diagnosticaron una "contusión leve en región pretibial izquierda, eritema de 1 centímetro de diámetro, no doloroso, sin otra alteración aparente".
En la resolución del Comité de Competición se destaca que "resulta palmario que la conducta mostrada por éste es absolutamente reprochable disciplinariamente, toda vez que a tan corta edad, podemos llegar a entender que la frustración y la impotencia por ver impedida la participación en el partido a consecuencia de una decisión disciplinaria de expulsión, contribuya a que el jugador reaccione de un modo impropio, ello en el bien entendido de realizar gestos de desaprobación o incluso llorar".
Por otra parte, la misma resolución añade lo siguiente: "Lo que desde luego no es comprensible ni admisible es que la reacción sea la de correr hacia el árbitro y propinarle dos patadas, lo que demuestra por un lado que esa, en principio inocente edad, no se erigió en garantía para que los hechos no sucedieran tal como sucedieron, y por otro, más decepcionante aún, que no haya sido instado por su club o por sus padres, a pedir perdón al árbitro por su comportamiento, al menos de forma acreditada ante este órgano disciplinario".

http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=417794

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