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lunes, 8 de septiembre de 2014

Caminos de piedra y barro en La Gomera











 La ruta “Caminos de barro” comienza a los pies de la Fortaleza de Chipude, un impresionante monumento natural de 1.234 metros de altitud, cuya inconfundible silueta de mesa montañosa era escalada por los antiguos gomeros para realizar sacrificios al dios Orahan.
Así, al comenzar la ascensión, de apenas 20 minutos, el caminante se abre paso entre las mismas rocas formidables que vieron pasar a los aborígenes, una senda sin mucha dificultad que el guía Enekoiz Rodríguez conoce piedra a piedra y durante la cual aprovecha para narrar episodios guerreros y rituales aborígenes.

El alto de Garajonay y los barrancos

Arriba, además de los restos de enterramientos y aras de sacrificio, el senderista podrá disfrutar de espectaculares vistas: a un lado el mar, cuyo horizonte es roto por la silueta de El Hierro; al otro, el alto de Garajonay, el techo gomero con 1.487 metros de altitud, y también montaña sagrada para los antiguos habitantes de la isla. Por todas partes, los dramáticos barrancos gomeros, así como las terrazas de cultivo, encaramadas en escarpes imposibles, que los campesinos labraron para robarle a la tierra algo que comer.
Tras el descenso, la ruta continúa por lo que hoy es parte del GR-131 – Cumbres de La Gomera–, un ramal de la red de senderos europeos perteneciente al proyecto del Ministerio de Medio Ambiente Caminos Naturales de España. Pero mucho antes, este camino fue la única vía de tránsito entre los pueblos, una senda llena de historias y anécdotas personales, de esfuerzo y sudor que hoy recuerda la sufrida vida insular antes de las carreteras.

Alfarería gomera, un tesoro isleño

Y después de unas dos horas, el caserío de El Cercado, último reducto de la alfarería gomera. Aquí, un puñado de mujeres mantiene el oficio del barro, heredado de sus madres, abuelas, bisabuelas, tatarabuelas…En el Centro de Interpretación Las Loceras, el visitante conoce la conmovedora historia –y las piezas de cerámica– de esta tradición femenina, un tesoro patrimonial de La Gomera del que se tiene constancia desde el siglo XVIII.
Con pico y pala salían y salen hoy las mujeres a los barrancos para encontrar el barro o masapé con que modelar sus piezas sin torno, solo con las manos. Tras mezclarlo con arena y agua, comienzan a levantar la arcilla para dar forma a algún recipiente de cocina: uno para el ordeño, otro para almacenar el gofio, la miel o las papas… un tercero para escurrir… Antaño, con alguno de estos cacharros en la cabeza, las alfareras emprendían los caminos empinados para venderlas en otros pueblos o trocarlas por comida.

Cómo modelar el barro

La ruta termina en el taller de alfarería de María del Mar Santana, una de las pocas loceras que mantienen el oficio. Aquí, el senderista puede modelar su propia pieza y conservarla como recuerdo de esta genuina y emocionante experiencia gomera.
La ruta “Caminos de Barro” es ofrecida por Ymaguara (www.ymaguara.com), una empresa local de turismo sostenible y desarrollo rural.
http://www.mundo-geo.es/

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