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domingo, 6 de julio de 2014

Las martas pescadoras reconquistan Estados Unidos


Las martas pescadoras llegan a rincones de Estados Unidos que no habían pisado en 200 años, incluidos lugares habitados. Además, estudios recientes afirman que el cráneo de estos animales, en la costa este, se hace cada vez más grande, en comparación con sus compañeros del oeste.

Las martas pescadoras son mamíferos carnívoros de la familia Mustelidae, a la que también pertenecen los tejones, las nutrias y los visones, y se encuentran en Canadá y el norte de Estados Unidos.
 


Scott LaPoint, del Instituto Max Planck, es el director de un nuevo estudio que describe cómo las martas pescadoras han comenzado a reconquistar su antiguo territorio tras siglos de persecución.

«El comercio de pieles y la tala de árboles prácticamente los han expulsado de Estados Unidos», afirma el experto, «pero ahora reclaman su territorio».

En la costa este, según LaPoint, las martas han ampliado en un 119 % su área de distribución geográfica desde 1900. Este mes incluso se ha visto un macho por las calles del Bronx, en Nueva York, por lo que las ratas, ardillas y palomas de la ciudad deberían andarse con cuidado.


Las martas pescadoras hembras adultas pesan casi dos kilos, mientras que los machos pueden pesar más de cinco y medir 1,2 metros, aunque contando con la cola.

Son feroces y ágiles y pueden perseguir a sus presas (liebres, ardillas, etc.) por espacios estrechos, como alcantarillas o los  túneles que algunos animales crean bajo la nieve en invierno. Tras atrapar a su víctima, la matan mordiéndola detrás del cuello.



Además, tienen unas garras afiladas y parcialmente retráctiles que les permiten escalar árboles como los gatos. Son conocidos porque son de los pocos depredadores capaces de matar a un puercoespín: lo hacen mordiéndoles la cara, donde no tienen púas. Para evitar las partes más peligrosas del animal (cuello, lomo y cola), la marta baila en círculos a su alrededor y cuando se encuentra frente a la cara, lo ataca. Los repetidos mordiscos acaban desorientando al puercoespín, que sangra y entra en shock. Entonces la marta le da la vuelta y comienza a comérselo por el vientre, donde no hay púas.



Ya estén caminando por el Bronx o buscando la forma de cruzar una autopista, lo que está claro es que las martas se están expandiendo en parte porque tienen una gran capacidad de adaptación. El desarrollo humano ofrece nuevas oportunidades: pensemos, por ejemplo, en las granjas, los parques, los animales atropellados en las carreteras… ¡Un festín para las martas!



Como indican los expertos, estos animales han sido capaces de recuperarse ante nuestros ojos y muchos no se dan cuenta de lo comunes que se han vuelto y que pueden incluso estar merodeando cerca de sus casas.
 
Su vuelta pone de manifiesto la resistencia de la naturaleza y la habilidad de los animales de sacar el mejor partido de las condiciones modernas.

Los puercoespines, quizá, no estén tan de acuerdo.

http://www.nationalgeographic.es/

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