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domingo, 17 de mayo de 2020

COSTUMBRES DE MI TIERRA (LAS PLATANERAS)




Mary Almenara

La platanera ha sido siempre una de las labores, junto a el tomate, que ha llevado el nombre de Canarias por todo el mundo. Antaño fueron muchas las personas  que vivieron de este cultivo y que a su vez dieron trabajo a terceros. En una finca de plataneras se podía encontrar  trabajando a familias enteras dedicadas a las faenas de este fruto, que requiere de muchos días y horas de continúo trabajo.
Quizás uno de los más duros sea el quitar la flor que, una vez el plátano ha llegado a estar desarrollado, debe limpiarse uno a uno y siempre a mano. Ya el plátano maduro y con el visto bueno del capataz o propietario de la finca, se pasa al corte del racimo que es cargado a hombros hasta el lugar de recogida para ser trasladado al almacén.
Colocados en una mesa o cinta transportadora se desmanillan para ser colocados en cajas, que los transportan a varios puntos del mundo: desde la península hasta el extranjero.
En tiempos pasados, el desmanillado correspondía principalmente, a las mujeres y las manos de plátano eran colocadas en los ceretos de fina madera, cubriéndolos para protegerlos del roce entre ellos, con almohadillas de papel rellenas de pinocha. También se usaban mantas o papel con el fin de que llegaran a su destino en perfecto estado de vista y sabor.
Eran clasificados por categorías según la calidad de la fruta: los de primera se exportaban a la península o al extranjero, los de segunda quedaban para el consumo de las islas por tener una mayor madurez.
Pero, no terminaba aquí la vida de la platanera, ya que aún después de morir la planta se hace uso del tronco o rolo, con él se alimenta a los animales, especialmente a las vacas. Luego de seco se hacían tiras con las que se amarraban los tomateros, también se usa para hacer manualidades junto a las hojas ya secas.
En la ciudad de Telde existía un almacén, conocida como el punto fielato, donde se trataba el plátano hasta su posterior embarque, ahí se vendían los sueltos o muy maduros a un precio asequible, que amasados con gofio era la merienda favorita de los niños y adultos.
Uno de los lugares con más fama por el sabor de esta fruta es la costa, concretamente Bañaderos y aledaños. También Arucas fue famosa por sus fincas de plataneras y la calidad del plátano.
Hoy ha cambiado mucho el trabajo duro de las tierras, el posterior que se lleva a cabo en las almacenes, también se ha llegado a hacer más mecanizado lo que ha llevado a que muchas personas hayan perdido sus puestos de trabajo.
Este es el lado desagradable a lo que lleva la mecanización en las empresas de cualquier tipo. Pero, este es el precio que hay que pagar por modernizarnos.

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