Agentes del Servicio de Información de la Guardia Civil con el apoyo de varias unidades del cuerpo ha detenido en Barcelona de un ciudadano marroquí por su vinculación con el grupo terrorista DAESH.
En
relación con la persona detenida, existían referencias de su
radicalización y afinidad al DAESH desde hace al menos, cuatro años.
Hasta fechas recientes, ese proceso de radicalización se mantenía bajo
una apariencia de discreción, tanto desde el plano físico como virtual,
que en ningún caso lo identificaban como un actor crítico.
Es
precisamente durante el actual Estado de Alarma cuando ese proceso de
radicalización se ha visto culminado, activándose de manera altamente
llamativa y preocupante.
Las
hipótesis policiales iniciales han vinculado que esta activación
extrema de su actividad podría haber respondido a los diferentes
llamamientos realizados desde la dirección de DAESH para que los actores
solitarios, asentados en terreno occidental, se movilicen y realicen
ataques en sus lugares de residencia.
En
ese mismo sentido, desde que se iniciara la expansión del coronavirus
por Europa, han tenido lugar varios ataques terroristas bajo la autoría
de actores individuales, acometiendo las mismas mediante el empleo de
armas blancas y atropellamiento con vehículos.
El
detenido realizaba manifestaciones públicas de su adhesión a los
postulados terroristas de DAESH y de odio a Occidente a través de sus
perfiles de redes sociales. En el plano físico, y gracias al despliegue
policial de vigilancia, se le ha observado incumplir de manera habitual,
y sin justificación, las normas de confinamiento establecidas en el
marco del Estado de Alarma, percibiendo como en dichos desplazamientos
por la ciudad de Barcelona, lo hacía bajo importantes medidas de
seguridad, augurándose una posible búsqueda de objetivos.
La
investigación ha servido para determinar policialmente, entre otras
cosas, que el detenido se encuentra totalmente influido por la
propaganda y los postulados de DAESH, habiendo incluso, jurado fidelidad
a dicha organización terrorista, circunstancia por la cual, se le
considera una amenaza real para la seguridad.
Desde
la elevación al nivel 4 de alerta antiterrorista el pasado 26 de junio
de 2015, la Guardia Civil ha reforzado todos los dispositivos operativos
y líneas de investigación relativas a la amenaza terrorista,
especialmente aquellas sobre individuos inmersos en un proceso de
radicalización que pueda desembocar en el desplazamiento a zona de
conflicto o en la comisión de acciones terroristas en los países de
residencia, lo cual supone en la actualidad una de las principales
amenazas sobre los países occidentales. Este reforzamiento se ha visto
además, intensificado desde la declaración del Estado de Alarma, ante la
posibilidad de que DAESH u otra organización terrorista pudiera
aprovechar el escenario sanitario como multiplicador de los efectos de
un ataque.
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