Desde la
noche del sábado, un grupo de mujeres y hombres, se implicaron en la tarea de
formar las alfombras en la plaza del barrio.
Mientras
unos van tiñendo la blanca sal de colores variados otros, los más jóvenes, van
rellenando el dibujo que previamente se hizo en el suelo.
Un trabajo
hecho por los grupos de; catequesis, caritas y liturgia. Es una alegría ver a
chicos y chicas involucrarse en los actos de su parroquia.
He oído a
más de una persona criticar a estas mujeres y hombres que dedican su tiempo a
las labores de la iglesia. Se comprometen hasta más allá de los momentos de
descanso delante del televisor para preparar a los niños a la comunión o
confirmación.
Otras/os
están pendientes de las personas necesitadas para ayudarlas en lo que pueden
procurando que en sus casas no falte un litro de leche.
Es una
pena que en un barrio tan poblado los vecinos no colaboren más con su iglesia,
que en los actos religiosos apenas se llene el templo salvo si es para un
funeral o el niño/a hace la primera comunión.
No olviden
que la parroquia la formamos todos y, en algún momento, tarde o temprano
tendremos que acercarnos a ella.
Esto es lo
que siento y es mi opinión particular.
María Sánchez.
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