(Los firma con su conocido seudónimo literario... ¡QUÉ COSAS!)
EL HUERTO MALDITO
¿Cómo demandar felicidad y paz en este mundo
de injustas existencias nacidas
cruelmente como pensamientos extraviados?
Desde que sembré Señor,
las semillas que nos diste ,
amargos presagios invadieron mi alma.
Largas y tristes son las resecas praderas,
donde solo brotan espinosos abrojos sin flores.
Y si acaso algunos se aventuraron,
cargados de espinas crecieron
donde el Sol no quiso iluminar.
Demasiada codicia latentes,
demasiado negro dinero,
y oscura sombras la arrullaban.
Y tanto fue el tiempo que la mecieron,
que en embriagadas noches los convirtieron.
Las Calas que para mamá planté en el huerto,
murieron apenas un poco después de nacer.
Y la Papaya que dulces frutos daba,
ahora y por no besarla el Sol,
en agrio su jugo se ha tornado.
Y así, de esta manera, el que antaño fuera
nuestro maravilloso planeta azul de luz,
por la actual y absurda irresponsabilidad humana,
acabará estéril como una ardiente maldita pradera,
muy solo, muy triste, sin plantas...
sin nada siquiera.
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