PADRE BAEZ.
Una vereda muy peligrosa. Hay, una confrontación
desigual, entre el campesino –que pierde- y el cabildosepronilymiedoambiente,
que luchan en el campo; éstos, atacando; y los otros, huyendo y escondiéndose.
Lo gravísimo de la cuestión es, que de día en día el
miedoambientesepronilycabildicio, tiene más y mayor poder. Y ya, se está
llegando a un punto final. El momento de la situación, es tremendamente
trascendental, es un vivir sin poder vivir ya en el campo. Los pocos campesinos
que quedan sufren un atentado fuertemente contra su libertad, han quedado sin
derechos al trabajo y atacados duramente en su dignidad. Piénsese, que el
desarmado campesino se tiene que enfrentar o vérselas con un ejército triple
unificado, que no les deja sembrar nada, ni cuidar otro animal, que no sea
perro, y sí que han llenado el campo de una siembra de desconcierto, con
continuos ataques que acaban todos en multas elevadísimas.
Esto hace que la
economía del campesino, haya tocado fondo, y sin visos de salida, toda vez que
no hay desarrollo posible, y el desempleo ha llegado a todo campesino sin
excepción. La situación –por tanto- es trágica, y los partidos políticos, no
ayudan, lo cual favorece más aún la inestabilidad que cae sobre el campo, donde
el enfrentamiento –sin sangre- se salda a veces –cada vez más- con suicidios
que la prensa silencia, y como si nada hubiera pasado, y se le trata como una
muerte más y normal, siendo un trágico y lamentable suicidio, motivado por
drogas que no se pueden pagar y por cárceles que cumplir, y ello sin haber
robado, ni matado, sino por intentar cultivar un cacho de tierra, o cuidar de
un becerro. Nadie protesta, frente al acoso del
sepronilmiedoambientecabildicio, que campea a sus anchas victoriosos sobre
cadáveres y ruinas, viudas y huérfanos a los que les cobraran, lo que no pagó
el que descansa en paz, con sus bienes y propiedades. Y así la cosa, los
campesinos se siente asfixiados por ese triple ejército en uno, que los
controla y acosan fijo y diariamente, incluido festivos y Domingos. Los tres en
uno (cabildo, miedoambiente y el seprona), se hacen cada día con más y más
poder –repito-, y se hacen presente ante cualquier acción por minúscula y
ridícula que sea para multar y aburrir al campesino, con ataques a la propiedad
e intimidad. Y ese es el dilema: resistir o entregarse. La tensión es tanta,
que los ataques no cesan y atentan, sin que haya una solución y sí mucha
presión. Es como si un ejército terrorista de continuo atentaran amenazando y
sancionando fijo, sin parar. Es, como si fuera algo diabólico. Más aún, parecen
una secta, sin que pueda haber paz. Los dichos (la trilogía), son los
responsables del terror y miedo que sacude al campo, persiguiendo a todo
campesino. Y el riesgo es de... (no sigo).
El Padre Báez.
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