El accidente del vuelo JK 5022 de Spanair el 20 de agosto de 2008, en el que murieron 154 personas cuando el aparato despegaba desde el aeropuerto de Barajas con rumbo a Gran Canaria, tuvo un reflejo directo en la quiebra de la aerolínea española, fundada dos décadas antes.
Lo demuestra con datos un estudio de expertos de las universidades de Sevilla y Castilla La Mancha que acaba de publicarse en la revista de referencia del sector 'Journal of Air Transport Management'.
La investigación, promovida por el equipo Applied Economics and Management, formado por profesores de ambas universidades, pone de manifiesto que, tras el accidente, el más grave de la aviación española en los 25 años anteriores, la aerolínea perdió de forma inmediata y sostenida en torno a un 20% de su volumen medio de pasajeros, lo que la condujo finalmente a la quiebra en enero de 2012.
El efecto 'Rainman'
El 'efecto Rainman' fue especialmente visible en el aeropuerto de Las Palmas, donde Spanair sufrió una caída de clientes del 29%, pese a que apenas vio reducido el número total de pasajeros.
Es decir, los usuarios de ese aeropuerto 'castigaron' duramente a la compañía pero no dejaron de utilizar el avión. Simplemente, utilizaron otras aerolíneas, lo que se vincula a su carácter insular y a la inexistencia de alternativas.
La demostración empírica de la existencia de este efecto, que los investigadores españoles han bautizado por el personaje interpretado por Dustin Hoffman en la película del mismo nombre, es, en su opinión, "el mejor seguro de vida que tienen los pasajeros para que todas las aerolíneas, incluidas las de bajo coste, se vean incentivadas para realizarun correcto mantenimiento de los aviones y para adoptar todas las medidas que garanticen la seguridad de los pasajeros".
Disminución del tráfico aéreo
El informe pone de relevancia también un trasvase de viajeros hacia otros medios de transportes (AVE y vehículo particular, fundamentalmente) tras el accidente, y una disminución del tráfico aéreo en el aeropuerto de Madrid-Barajas de un 6 por ciento en el mes siguiente, si bien esta tendencia, como ya ocurrió tras el 11S, tuvo una duración limitada y se diluyó en unos pocos meses.
Los investigadores han trabajado con seis modelos econométricos avanzados que incluyen un exhaustivo elenco de variables para tener en cuenta, entre otros, el efecto diferenciado de los días laborables, el 11-S, la construcción de la Terminal T4 en Barajas, el efecto del ciclo económico y otros. El estudio también analiza si el accidente tuvo en la compañía un efecto drástico mantenido en el tiempo o si su impacto inicial se fue diluyendo.
fuente : http://www.elmundo.es
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