Los cargamentos de fruta que llegan de otros países pueden venir con premio: una araña grande y con cara de pocos amigos.
Estos animales, que se esconden entre los plátanos y otras frutas procedentes de América del Sur que se envían a Reino Unido y Estados Unidos, pueden provocar verdaderos desmayos. De hecho, se da todo tipo de reacciones extremas: se han cerrado colegios, evacuado viviendas y tiendas han rechazado envíos enteros, como sucedió en Milwaukee (Wisconsin, Estados Unidos) en 2013.
Y todo esto ocurre, según los expertos, porque se asume en seguida que los polizones son las llamadas arañas errantes brasileñas, del género Phoneutria, una especie que habita en el trópico de América Central y del Sur y que es muy agresiva y venenosa.
Sin embargo, no siempre es verdad, a menudo se trata de arañas inofensivas que son no son identificadas correctamente, como explica el experto en arañas Rick Vetter, de la Universidad de California, ahora retirado.
Vetter, que ya sospechaba que no es habitual que las arañas errantes acaben en Norteamérica en los cargamentos de fruta, se decidió a estudiar a las que sí lo hacían. De este modo, analizó toda la información disponible, preguntó a los importadores por cualquier incidencia relacionada y pasó ocho años estudiando el caso, cuyos resultados serán publicados en la revista Journal of Medical Entomology.
En total, registró 135 arañas, de las que solamente siete resultaron ser del género Phoneutria.
Según Vetter, las que más se suelen encontrar en estos cargamentos son lasHeteropoda venatoria y las Cupiennius chiapanensis. En realidad, explica, no es tan habitual encontrarse con una araña entre los plátanos que compras, él ha conocido quince casos al año.
El problema de este miedo relacionado con las arañas es que puede causar verdaderos perjuicios económicos, pues cargamentos enteros pueden no llegar a su destino si alguien identifica una araña como perteneciente a una de las especies más peligrosas.
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