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domingo, 18 de diciembre de 2016

La carne con hormonas podría llegar a tu plato en 2017











Carne hormonada o trigo transgénico. Esto es lo que podría llegar a tu plato si se aprueba el CETA, un acuerdo similar al TTIP pero con Canadá, y con el que las grandes corporaciones de EEUU se están frotando las manos: a través de sus filiales en Canadá podrán introducir sus productos a la UE.

Ahora que el TTIP parece estancado, las grandes empresas están poniendo sus ojos en un acuerdo que les daría una libertad de actuación similar. Como el TTIP, el CETA supondría aniquilar muchas conquistas y avances en materia ambiental y de seguridad alimentaria. Permitiría la entrada a productos canadienses con estándares ambientales más bajos que los europeos, como la carne de vacuno y porcino hormonada o el trigo transgénico. También diremos adiós al sistema actual de evaluación de riesgos para políticas ambientales y de seguridad alimentaria que se basa en el “principio de precaución”. Y las grandes empresas podrán utilizar los tribunales de arbitraje, un sistema de “justicia” privada que entra en colisión con el estado de derecho, para demandar a los gobiernos europeos cuando éstos tomen decisiones en defensa del medio ambiente, la salud y el interés público. Y como el TTIP, el CETA ha sido negociado en secreto y a espaldas de la sociedad civil.
Pero aún podemos actuar.
En febrero de 2017 el Parlamento Europeo votará si ratifica este acuerdo. Pero previamente, el 12 de enero de 2017, se producirá una votación crucial: el Comité de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo puede votar una opinión negativa sobre este acuerdo. En ella participará Soledad Cabezón Ruiz, eurodiputada del PSOE y la única representante del partido en la comisión. Su voto es fundamental para que la propuesta de opinión sea aprobada o no.
¡Dile que vote NO al CETA!
Porque nos jugamos mucho. Y porque no vamos a permitir que los intereses del medio ambiente y de las personas queden subordinados por los beneficios de las multinacionales. ¡Ayúdanos a frenarlo!


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