No se puede negar que las lluvias caídas recientemente han sido un regalo para la tierra y, en consecuencia para el hombre.
Sin embargo, no todo han sido alegrías también han habido disgustos, sobresaltos y preocupaciones por el agua caída. El problema llegó cuando vimos que esa agua no podía seguir su curso normal al verse interrumpidos los causes por la cantidad de basuras que se encuentra en los barrancos, haciendo que el agua subiera hasta las carreteras con las consecuencias que todos conocemos.
Ahora nos llevamos las manos a la cabeza y, como siempre, acusamos al vecino, en este caso a los políticos de todo lo malo. Pocos piensan que; las neveras, televisores, escombros y demás no las han puesto nuestros mandatarios, que han sido las “personas” que solo piensan en ellos y en salir del paso, sin considerar el daño que están haciendo.
Si bien es cierto que hay poca vigilancia, poco o leve castigo para el infractor y que se debe castigar más severamente a los que se puedan pillar con las manos en la masa.
Pero también es sabido que por mucho que se vigile, siempre está el listillo de turno que sabe escabullirse de las prohibiciones sin pensar en las consecuencias de sus malas acciones. Es mucho y duro lo que hay que luchar contra esos desaprensivos.
María Sánchez.
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