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domingo, 23 de marzo de 2025

EL EURO DIGITAL

 

Julio C. González Padrón


(Por Julio C. González Padrón)

En estas últimas semanas, no se habla en Europa de otra cosa más que del dichoso “Euro Digital”, pero la verdad es que el ciudadano de a pie no lo tiene del todo claro, pues estas “modernidades” huelen en principio a “trapo quemado”.

 Pero tranquilo amigo que, “este viejo lobo de mar y además “mauro de Telde”, que siempre es un “valor” a tener en cuenta. Jajajaja, te lo va explicar de forma sencillita, como si fuera a hacerlo con un americano de norte (USA), y además intentaré a hacerte un detallado análisis, (eso sí, muy subjetivo), de sus ventajas e inconvenientes y siempre vistos desde unos ojos claros, cargados de mucho salitre, que se me ha ido acumulado a través de los muchos años de mar, que uno lleva encima.

El Euro Digital es una propuesta del Banco Central Europeo (BCE) para crear una versión digital de la moneda común europea. 

A diferencia de las criptomonedas como Bitcoin, el Euro Digital estaría respaldado por el BCE, lo que significa que tendría el mismo valor y estabilidad que el euro físico que conocemos; ahora la pretendida idea es que funcione como un complemento al efectivo, no como un reemplazo inmediato, y que permita realizar pagos digitales de manera más rápida, segura y eficiente.

La presidenta de la Comisión Europea, la rubia Úrsula Von der Leyen, junto con la flaca Christine Lagarde, presidenta del BCE, han defendido esta iniciativa como una “herramienta clave” para fortalecer la soberanía económica de Europa, pues según ellas, el Euro Digital podría reducir la dependencia de proveedores externos en los sistemas de pago y garantizar que, Europa mantenga el control sobre su economía en un mundo cada vez más global y digitalizado.

Sin embargo, no todo el mundo está convencido, entre ellos este humilde “maúro” de Telde que suscribe. Además, algunos grupos han expresado preocupaciones sobre la privacidad y el control que podría ejercer el BCE sobre las transacciones financieras. 

También hay quienes temen que esto acelere la desaparición del dinero en efectivo; lo que podría afectar a las personas que dependen de él para sus actividades diarias, que somos la mayoría de los simples mortales.

En resumen, el Euro Digital es un paso hacia la modernización de los sistemas de pago en Europa, pero también plantea desafíos y preguntas importantes sobre la privacidad, la inclusión financiera y el equilibrio entre lo digital y lo físico que, es lo que yo voy a intentar exponerte o pretenderlo hacer aquí.

Porque como digo, no todo el mundo está convencido; algunos grupos han expresado preocupaciones sobre la privacidad y el control que podría ejercer el BCE sobre las transacciones financieras. También hay inquietudes sobre cómo podría afectar a las personas que dependen del dinero en efectivo para sus actividades diarias.

En resumen, reconozco qué, el Euro Digital representa un paso hacia la modernización de los sistemas de pago en Europa, pero también hay que admitir que plantea desafíos importantes en términos de privacidad, inclusión financiera y equilibrio entre lo digital y lo físico, que es lo que yo quiero exponerte aquí, y luego tú puedes sacar tus propias conclusiones. 

 Porque este novedoso Euro Digital trae consigo, en principio varias ventajas potenciales, pero también plantea desde mi punto de vista, interrogantes importantes en cuanto a la libertad de los ciudadanos.

 Entre las ventajas, yo destacaría en principio:

Facilidad de uso y eficiencia: el Euro Digital permitiría realizar pagos instantáneos y de bajo costo en cualquier lugar de la zona euro, incluso entre países, sin necesidad de intermediarios como bancos. Esto simplificaría las transacciones comerciales y personales.

Accesibilidad financiera: pienso que, podría beneficiar a aquellas personas que tienen dificultades para acceder a cuentas bancarias tradicionales, proporcionándoles una forma segura de participar en la economía digital.

Resiliencia económica: queda claro que, al tratarse de una moneda digital gestionada por el Banco Central Europeo, podría reducir la dependencia de las grandes corporaciones tecnológicas o sistemas de pago externos, fortaleciendo de esta manera y forma, a la soberanía financiera de Europa.

Inclusión digital: el Euro Digital, también tiene el potencial de impulsar la digitalización en Europa, fomentando el desarrollo de nuevas tecnologías y servicios.

Ahora bien, hasta aquí todo parece muy bonito y hasta “divino del quince”, pero apuntemos y siempre desde el punto de vista de un “maúro” de Telde, los posibles riesgos:

Privacidad y vigilancia: Algunos temen que, al ser gestionado por el BCE, el Euro Digital permita un mayor control gubernamental sobre las transacciones de los ciudadanos y esto para que nos vamos a engañar amigos, llenará de gozo hasta el extremo de alcanzar un “orgasmo intelectual”,  a nuestra ministra  de Hacienda , María Jesús Montero,  ya que su implantación  podría ponerle “a huevo” el desarme de  la privacidad financiera con que tanto sueña su mente socialista, especialmente si se introducen sistemas de monitoreo exhaustivo.

Impacto en el efectivo: Aunque se plantea como un complemento al dinero físico, hay preocupaciones de que podría acelerar la desaparición del efectivo, limitando las opciones para quienes dependen de él y afectando la libertad de elección.

Centralización del sistema: Al estar gestionado por una entidad centralizada, existe el riesgo de que ciertos controles o restricciones puedan ser impuestos, lo que podría reprimir la libertad económica del ciudadano común.

En resumen, el Euro Digital tiene el potencial de mejorar la economía digital y la eficiencia de los pagos, pero también plantea desafíos importantes relacionados con la privacidad y la libertad individual; yo diría, que sería un impulso importante para el desarrollo de la tan esperada, por parte de la Izquierda o “zurda” mundial, de su famosa la Agenda 2030. Todo dependerá de cómo se implemente y de las medidas que se tomen para proteger a los ciudadanos.

Ahondando más en el tema si cabe, puedes preguntarte en principio… ¿Y cómo puede afectar a la privacidad de los ciudadanos?

El Euro Digital podría tener implicaciones significativas para la privacidad financiera, dependiendo de cómo se diseñe e implemente. Aquí ta continuación trataré de detallarte de forma sencilla, algunos puntos que considero claves referidos al riego en la privacidad ciudadana:

Seguimiento de transacciones: Al ser una moneda digital gestionada por el Banco Central Europeo (BCE), es posible que todas las transacciones realizadas con el Euro Digital queden registradas. Esto podría permitir a las autoridades rastrear patrones de gastos, algo que preocupa a quienes valoran la privacidad en sus actividades financieras cotidianas y al mismo tiempo que llenaría de felicidad a nuestra super ministra Sánchista socialista, aunque eso de “socialista” al menos auténtica, lo que entendemos por auténtica, la Señora doña   Irene Montero, como su jefe Pedro Sánchez, dejan mucho que desear.

Pérdida de anonimato: a diferencia del dinero en efectivo, que permite transacciones anónimas, el Euro Digital podría requerir algún tipo de identificación para realizar pagos, lo que elimina una capa de privacidad para los usuarios.

Centralización del control: si el BCE tiene acceso directo a los datos de transacciones, existe el riesgo de que esta información se use de maneras que algunos consideren invasivas, como la imposición de restricciones o el monitoreo del comportamiento financiero de los ciudadanos.

Pero tranquilos amigos… ¡Qué no cunda el pánico! Que, si algo bueno tenemos los “viejos lobos de mar”, es que la misma, no mantiene alerta y siempre prestos para buscarle la “contra” como ocurre en las agarradas de la Lucha Canaria, a las embestidas o adversidades que se nos puedan presentar; no en vano decimos que… “a golpe de mar, pecho sereno”; y contra una “pardelera”, siempre te queda el recurso de la “agachadilla; 

Pero no te oculto amigo, que, estos riegos se podrían mitigar en principio con lo siguiente:

En primer lugar, un diseño centrado en la privacidad: algunos expertos han propuesto que el Euro Digital incluya características que permitan un cierto grado de anonimato, como límites para transacciones anónimas menores o tecnologías de criptografía avanzada para proteger los datos y eso, aunque esto no guste demasiado a nuestra ministra de Hacienda, estaría muy bien visto.

Una Regulación estricta: que permitan la implementación de Leyes claras que limiten quién puede acceder a los datos y cómo se pueden usarlo, aunque con un Fiscal general como el que tenemos en España, con Don Álvaro García Ortiz, descaradamente al servicio y por lo tanto dependiendo del gobierno de turno que lo nombró, no nos garantizará nunca del todo, el que no se abuse de esta herramienta. ¡Casos se han dado! Y si tienes alguna duda, pregúntale al empresario pareja de la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, Isabel Ayuso, Don Alberto González.

Transparencia:  claro que, a grandes males, grandes remedios y si el BCE comunica de manera clara cómo se protegerán los datos de los ciudadanos, podría aumentar la confianza en el sistema.

En pocas palabras, todo dependerá de las decisiones políticas y técnicas que se tomen antes de lanzar el Euro Digital. 

Se que lo que expongo es un equilibrio delicado entre la innovación digital y el respeto por la privacidad individual, pero es que mi corta mente de “mauro” de Telde, no da para más y no creas amigo que no me jode la cosa. Te aseguro que mucho y en cantidad. 

Dicho lo anterior y como complemento, se me ocurre que, se podía aplicar sin mucho esfuerzo el “anonimato parcial”, para cuando se trate de pequeñas transacciones; por ejemplo, estableciéndose límites para las transacciones anónimas, permitiendo que los pagos de bajo valor se realicen sin necesidad de registrar información personal. Esto ofrecería privacidad en el uso cotidiano, similar al efectivo.

Criptografía avanzada: el uso de tecnologías de encriptación de última generación, podría garantizar que los datos de las transacciones estén protegidos frente a accesos no autorizados. Esto limitaría quién puede ver y acceder a la información.

 Separación de datos: diseñar el sistema para que las transacciones no estén vinculadas directamente a las identidades de los usuarios. Los datos podrían almacenarse de forma descentralizada o pseudonimizada; es decir, usando identificadores que no revelen información personal directamente.

Unos requisitos mínimos de información: establecer políticas que solo permitan recopilar la información estrictamente necesaria para realizar las transacciones. Esto evitaría la acumulación de datos que puedan comprometer la privacidad de los usuarios.

Supervisión y auditoría independiente: contando con organismos externos que auditen regularmente el sistema del Euro Digital, para garantizar que se respete la privacidad y que no se produzcan abusos.

Una mayor Gestión de consentimiento: Diseñando el sistema de manera que los usuarios tengan control sobre qué datos se comparten y con quién, mediante permisos específicos y fáciles de gestionar.

Y por último, desarrollar políticas claras de retención de datos, pero por expertos independiente, los cuales no estén contaminados previamente por ideas política, qué… ¡Oiga cristiano!, ¡Haberlo ahílos!, y más de lo que usted se piensa, compadre.

Pues limitando el tiempo durante el cual se almacenen los datos de las transacciones, por ejemplo, podrían eliminarse automáticamente después de un período determinado, reduciendo así el riesgo de exposición.

Estas medidas, implementadas de manera seria y adecuadamente, podrían ayudar a equilibrar las ventajas del Euro Digital, con la necesidad de proteger la privacidad individual.

 De todos modos, el diseño final será clave para determinar si estas garantías se convierten en una realidad o no.

Por qué para que nos vamos a engañar amigo, aquí ya está todo inventado; por eso yo a estas alturas de mi vía, prefiero “una cabra partida , que a un macho colcovado”, como diríamos en nuestro rico y sabio  léxico canario, al que a mi me gusta tanto recurrir, sobre todo para, mantener viva nuestra cultura canaria, que sufre demasiados ataques de barbarismos lingüísticos y lo cual  es una pena que,   estemos cambiando ya sin darnos  apenas cuenta  al bonito vocablo canario  “nosotros”, por el importado de “vosotros”.

¡Qué cosas!


Fdo. Julio César González Padrón

Marino Mercante y escritor


1 comentario:

  1. Cada día nos quieren meter más modernidades y modernismos, sin pensar que somos muchas las personas mayores a las que todo esto le suena a chino. Gracias de una "maura de Telde"

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