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martes, 24 de octubre de 2017

‘Canas y Cuernos’… Refrán


Siempre se ha dicho que canas y cuernos no son señales de vejez, pero los unos y las otras han sido y son motivo de preocupación para todos los seres humanos


Opinión-María Sánchez

Las primeras porque, a pesar de que el refrán diga lo contrario, a una parte de la población sobre todo a la femenina, lo de tener el cabello blanco no es cosa que la llene de una gran alegría. Busca por todos los medios a su alcance el poder disimularlas con todo lo que la farmacopea y la cosmética ponen a su alcance.
Las hay que se tiñen según su color natural, otras las disimulan con tintes que no desentonen con el tono de su piel y las más avanzadas se lo tiñen dándole vivos y extraños colores. Entre las mujeres, que no dudaron de hacer de su capa un sayo y de su pelo lo que le dio la gana, está la actriz Lucía Bosé que a sus casi 80 años tiñó su pelo de azul que es su color favorito y la señora vive tan ricamente.
Pero, cuando una amiga de las que no se cortan ni con un vidrio, nos dice “voy a la peluquería y a lo mejor me hago un cambio de look” usted se queda en su casa pensando ¿la reconoceré si me la tropiezo por la calle? mientras que el encuentro no se produce uno está en un sin vivir y con la pregunta como un barrenillo, taladrándole el cerebro ¿qué habrá hecho por Dios? luego, cuando al final la encuentras, la ves bastante cambiada pero eso sí seguro que muy guapa.
En el caso del hombre, por el contrario, la preocupación no son las canas. Lo que de verdad les preocupa y les tiene en un duermevela es la calvicie. De hecho, hay muchos jóvenes que en cuanto notan que hay más pelos en su peine que en la cabeza, toman la decisión de raparse.
Con esta opción queda la duda al que lo ve de que puede ser un firme candidato que quedarse calvo o, sencillamente, va a la moda.
Los hombres, por suerte, han ido cambiando sus costumbres y saben que la hombría no está reñida con la elegancia, el buen gusto y la pulcritud por lo que no dudan en pasar por la moda del tinte. Si bien es verdad que muchos olvidan que llevan el pelo negro y el bigote como de haber tomado leche recién ordeñada y con espuma.
El motivo de padecer o sufrir un cambio tan radical en el color de nuestro querido pelo llega, principalmente, por la genética. Desde nuestro nacimiento todos nuestros cambios vienen almacenados en el ADN. Se cree que algunas personas pueden llegar a los 80 años con su color de pelo original, mientras que otros, con sólo 25, ya cubren su pelo de blanco. Personalmente no he visto a nadie que a los 80 años continúe manteniendo el color de pelo que tenía de pequeño.
La ciencia no ha descubierto el motivo real por el que aparecen las canas. Son factores como el estrés, la mala alimentación, problemas de salud o contraindicaciones de algunos medicamentos los que favorecen su aparición.
Todos sabemos que nuestro cuerpo está compuesto por millones y millones de células. Muchas de ellas son las que nos ayudan, entre otras cosas, a pasar de niños a adultos. En la piel algunas de estas células son las encargadas de crear pigmentos; son los llamados melanocitos que producen la melanina que a su vez se encarga de dar el color a nuestro pelo. Hay dos tipos, sito textual...la pardo- amarillenta- rojiza, llamada feomelanina y la negruzca-marronácea llamada eumelanina. La cantidad y combinación de estas melaninas son las encargadas de crear la tonalidad del color en nuestro cabello.
De todo esto se desprende que si nacemos para ser canoso/as lo seremos por mucho que intentemos lo contrario. Por lo tanto, hagamos un monumento al tan socorrido tinte.
fuente: http://www.canariasopina.com.es/articulo/22060

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