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martes, 11 de marzo de 2025

GAZA Y PALESTINA

 

Julio César González Padrón


Opinión

(Por Julio César González Padrón)

Asegurar la imparcialidad histórica en la elaboración de un artículo sobre un tema tan controvertido y difícil de tratar, como lo es todo lo relacionado con el territorio de Gaza o Palestina en general, resulta a priori un desafío delicado, ya que la Historia a menudo está influenciada por las perspectivas y contextos de quienes la documentan. 

Sin embargo, hay prácticas claves que ayudan a mantener un enfoque equilibrado y objetivo, que yo, como “simple “maúro” de Telde, viejo lobo de mar, aunque muy bien, asesorado y documentado por un auténtico docto en la materia, como lo es mi encantador amigo  y maestro, Pepe Belda, creo que dichas claves y siempre con el permiso de “maestro Pepe”, bien pudieran resumirse a :

Uso de múltiples fuentes: Consultar y contrastar información de diversas fuentes históricas, incluyendo documentos primarios, relatos de testigos y análisis académicos. Esto ayuda a evitar depender de una única narrativa.

Reconocimiento del sesgo: Es fundamental reconocer que todo documento histórico, ya sea un texto, un testimonio o una interpretación, puede tener un sesgo inherente debido al contexto cultural, político o personal del autor.

Métodos historiográficos: Los historiadores aplican métodos rigurosos para analizar la fiabilidad de las fuentes, considerando factores como su origen, propósito y coherencia con otros registros históricos.

Perspectiva multidisciplinaria: Integrar enfoques de disciplinas como la arqueología, la antropología y la sociología puede aportar una visión más completa y equilibrada de los acontecimientos históricos.

Separar hechos de interpretaciones: Diferenciar entre lo que se sabe que ocurrió (hechos) y las diversas interpretaciones de esos hechos. Esto permite presentar la información tal cual es sin imponer una narrativa específica.

Incluir voces diversas: Asegurar que las Historias de comunidades marginadas o menos documentadas también se incluyan, lo que ayuda a enriquecer la comprensión global y reducir la parcialidad.

Como digo, yo reconozco humildemente que soy un privilegiado al poder opinar sobre el tema con la “libertad de los condenados” , pues insisto que  no todos tenemos la suerte de tener como maestro al ingeniero Don José Francisco Fernández Belda, verdadero docto en éstas y otras tantas cosas de la vida.  

A pesar de estas prácticas, pienso que, alcanzar una imparcialidad absoluta es extremadamente difícil, ya que la Historia misma es una construcción humana. 

Lo importante es esforzarse por la mayor objetividad posible y fomentar un entendimiento crítico por parte de quienes la interpretan.  ¿No es así, amigo Belda?

El derecho del pueblo Palestino a tener una patria y una nación soberana e independiente, se fundamenta en varios principios históricos y legales reconocidos internacionalmente (ONU), como pudieran ser:

Libre determinación de los pueblos: Este principio, consagrado en la Carta de las Naciones Unidas y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, establece que todos los pueblos tienen derecho a determinar libremente su estatus político y perseguir su desarrollo económico, social y cultural.

Resoluciones de la ONU: La Resolución 181 de la Asamblea General de la ONU, adoptada en 1947, propuso la partición de Palestina en dos estados, uno judío y otro árabe, con Jerusalén bajo administración internacional. Aunque esta resolución no se implementó completamente, sigue siendo un punto de referencia histórico para el derecho a un estado palestino.

Territorios ocupados: La Resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU, adoptada tras la Guerra de los Seis Días en 1967, exige la retirada de Israel de los territorios ocupados y el respeto a la soberanía de todos los estados en la región. Esto incluye el reconocimiento de los derechos del pueblo palestino en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este.

Acuerdos de Oslo: Firmados en los años 90, estos acuerdos establecieron un marco para la creación de un estado palestino mediante negociaciones bilaterales. Aunque su implementación ha enfrentado numerosos desafíos, representan un reconocimiento formal del derecho palestino a la autodeterminación.

Estos derechos históricos y legales han sido respaldados por numerosos países y organizaciones internacionales, aunque su realización práctica sigue siendo un desafío debido a las tensiones políticas y los conflictos en la región. 

Lo dicho hasta aquí, me lleva a “Los Acuerdos de Abraham”, firmados en 2020 y que marcaron un hito en las relaciones entre Israel y varios países árabes, como Emiratos Árabes Unidos y Bahréin.

 Sin embargo, estos acuerdos no abordaron directamente los derechos históricos del pueblo palestino, lo que generó críticas por parte de líderes palestinos y de una parte de la comunidad internacional.

Históricamente, los derechos del pueblo Palestino se han basado en resoluciones internacionales, como la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU, que exige la retirada de Israel de los territorios ocupados en 1967, y la Resolución 194, que reconoce el derecho al retorno de los refugiados palestinos. 

Además, los Acuerdos de Oslo de los años 90 establecieron un marco para la creación de un Estado palestino, aunque su implementación ha enfrentado numerosos obstáculos.

En el contexto de los Acuerdos de Abraham, algunos analistas argumentan que estos tratados han marginado aún más la causa palestina al priorizar la normalización de relaciones entre Israel y países árabes, sin condiciones claras para resolver el conflicto palestino-israelí. 

Sin embargo, otros ven una oportunidad para que los países firmantes ejerzan presión diplomática en favor de una solución justa y duradera para los palestinos.

Pero analicemos y profundicemos en los Acuerdos de Abraham, y su contexto geopolítico, como pudiera ser el derecho a la autodeterminación y a un estado soberano, y que, desde mi punto de vista, acuerdos que han sido, hasta el momento la verdadera joya de la corona.

1. Autodeterminación vs. Prioridades Regionales

Los derechos del pueblo Palestino, consagrados en resoluciones como la 181 (1947) y la 242 (1967) de la ONU, se basan en su capacidad para determinar su propio futuro político. Sin embargo, los Acuerdos de Abraham han priorizado la normalización de relaciones entre Israel y ciertos estados árabes, lo que algunos perciben como un desvío de estas prioridades históricas.

Aunque no abordan directamente el conflicto palestino-israelí, los firmantes podrían, en teoría, utilizar su influencia recién adquirida para presionar por una solución justa. Sin embargo, esto aún no se ha materializado.

2. Impacto en el Statu Quo

A medida que más países árabes normalizan relaciones con Israel, algunos analistas sugieren que esto podría debilitar la posición negociadora palestina. Históricamente, la unidad árabe fue una fuente de respaldo diplomático para los palestinos, pero los Acuerdos de Abraham reflejan un cambio hacia intereses nacionales individuales por encima de la solidaridad panárabe.

3. Derechos Territoriales en Cisjordania y Gaza

Las demandas palestinas por Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este se basan en resoluciones internacionales y el derecho internacional humanitario.

 Sin embargo, los Acuerdos de Abraham no condicionaron la normalización a frenar la expansión de los asentamientos en territorios ocupados, un aspecto crucial para el establecimiento de un estado Palestino viable.

4. Una posible oportunidad (Los acuerdos de Abraham)

Aunque criticados, los Acuerdos de Abraham podrían, si se gestionan cuidadosamente, servir como una plataforma para iniciar nuevas negociaciones, pues fomentan canales diplomáticos entre países clave de la región.

 Sin embargo, esta oportunidad sigue dependiendo de la voluntad política de las partes involucradas.

Llegados a este punto,  he de reconocer que resulta de una evidencia absoluta y necesaria el tener que aceptar que cualquier acuerdo con los palestinos, a corto plazo, no es como lo que quiere hacer “el rubio pistolero del salvaje oeste americano,  desenfundando y disparando rápido con su Colt 45 largo, hasta que no quede un palestino vivo en “la Aldea”, pues aunque nuestro hombre tenga nombre de dibujo animado de Disney, “Donal” , esto es algo más serio, como que  la aceptación de la solución al conflicto tienen que   pasar por la desaparición TOTAL  y absoluta de los grupo declarado por la ONU  terroristas, como pudieran ser Hamas, las Brigadas de AL-Basar, Brigadas de Al- Ashtar. Brigadas Mártires de AL- Aqsa Fundación Aqsa(Unión europea), que junto a Iran, predican la desaparición de la faz de la tierra del pueblo de Israel. 


Y está claro, que como diríamos en Canarias… Mire usted, cristiano en esta partida o jugamos limpio y todos o rompemos la barajo, y yo me vuelvo pál surco que, tengo que madrugar mañana para regar con tres dulas de agua las plataneras que heredé de mi suegro Panchito que, en paz descanse, pues ya hace unos años que partió el hombre para   Las Chacaritas” … ¿O no es así maestro Belda?

¡Qué cosas!

Fdo. 

Julio César González Padrón

Marino mercante y escritor


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