La llegada del verano con sus tardes largas, su días resplandecientes y temperatura cálida, es la estación más favorecida para que en cada pueblo o ciudad sus habitantes se animen a celebrar sus fiestas patronales.
Cada región de nuestra España tiene sus usos y costumbres, pero, todas tienen un algo que las hace diferentes y valiosas.
El primer baile conocido recibió el nombre de “El canario” interpretado por el grupo de danzas de requerimiento y rechazo. Ya Lope de Vega en su comedia “Los guanches de Tenerife” cita nuestros bailes, del mismo modo que lo hace Miguel de Cervantes.
En el siglo XVII fue dado a conocer por el compositor francés Juan Bautista Lully en las cortes de Europa y el mundo entero.
Sin embargo, nuestros bailes típicos canarios, no son herencia de danzas aborígenes. Evolucionaron con los que trajeron los colonizadores. La isa está basada en la jota aragonesa, castellana y murciana.
Por su parte; las malagueñas, seguidillas y el arrorró aun, no siendo oriundo, fueron haciéndose con el tiempo más insulares.
Nuestros bailes provienen de los ámbitos campesinos y marineros conservándose durante siglos. El tajaraste, el baile del tambor y el baile del trigo que son considerados como las danzas y músicas más antiguas.
La mayoría de los que hoy conocemos se conocen a partir del siglo XVIII tales como; la berlina, la garinga, chambelona, danza de las flores y un largo etcétera.
Mientras que unos continúan en auge otros, por el contrario, se encuentran en desuso como pueden ser; el baile del candil, el de San Pascual Bailón o los de la cunita y el Niño.
Pero no podemos olvidar uno de nuestros bailes más cargado de erotismo y picardía como es el del “Pámpano roto” Este ha pasado totalmente al olvido aunque en siglos pasados fuera muy famoso.
María Sánchez.
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