En la mayoría de los casos son ancianos de quienes se han desentendido sus familias. Son atendidos, mejoran y reciben el alta, pero entonces nadie va a recogerlos. Dramas personales en los que subyace un problema para la sanidad, puesto que siguen ocupando camas hospitalarias sine die. Incluso hay determinados casos, no frecuentes pero constatados, en los que estas personas viven durante años en los hospitales. En Canarias, y en concreto en la isla de Fuerteventura, un paciente lleva siete años en esa situación.
A esos cinco casos en solo una isla aún habría que sumar las decenas que hay en el resto del Archipiélago y los cientos, miles, en el resto del país para poder contextualizar el problema. Cabe recordar al respecto la polémica que suscitaron unas palabras del presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, en enero de 2014. Rivero reveló entonces que había en los hospitales de la comunidad autónoma400 personas «en condiciones de irse a su casa». El dirigente regional agregó que esas camas «hacen falta» y achacó este tipo de situaciones, cuando menos en parte, a una «cuestión cultural», lo que le costó un sinfín de críticas que lo llevaron a puntualizar después que en ningún caso había querido culpabilizar a los familiares.
Sea como sea, fuentes de la Consejería de Sanidad del Ejecutivo canarioexplicaron este miércoles a este diario que el caso más repetido es el del paciente mayor de quien su familia se desentiende. Desde el departamento que dirige Brígida Mendoza aclararon que no es frecuente que la persona con el alta que sigue en el hospital continúe en esta situación durante años, como ocurre en el hospital de Fuerteventura, si bien sí ha sucedido más veces. Aunque no pudieron precisar cuántos exactamente, estas fuentes aseguraron que ya en anteriores legislaturas ha habido pacientes que llevaban «tres, cuatro y cinco años» ocupando una cama pese a tener el alta.
La razón de que transcurran meses e incluso años antes de que se pueda trasladar a estas personas a otros centros (no se las puede dejar desamparadas) es, por un lado, burocrática y, por otro, está relacionada con carencias en el sistema asistencial de las Islas. Las susodichas fuentes expusieron que cuando el paciente con el alta ha de permanecer en el hospital se pone en práctica un proceso judicial que demora el traslado. Pero sucede también que los centros sociosanitarios disponen de un escaso número de plazas, de modo que cuando alguien con el alta no tiene amparo familiar ni social ha de seguir en el hospital hasta que haya una vacante. En Fuerteventura, por ejemplo, solo hay dos residencias: una de ancianos,con solo 60 plazas, y otra para personas discapacitadas, con apenas 14. La carencia de plazas determina que esas personas abocadas a tener que vivir en el hospital ocupen una cama durante meses e incluso años, más de siete en el caso de ese ciudadano de la isla majorera.
Quejas
Todo ello está detrás de las quejas de la Gerencia de Servicios Sanitarios y Dirección Médica del Hospital General de Fuerteventura, aunque desde la Consejería de Sanidad afirman que el origen del problema se remonta a legislaturas anteriores.
Se da además la circunstancia de que Fuerteventura sufre más que el resto de islas la saturación de las listas de espera. «Fuerteventura es la emergencia sanitaria de Canarias», han denunciado desde los partidos de la oposición.
http://www.abc.es/local-canarias/20150402/abci-paciente-siete-anos-hospital-201504012221.html
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