El conflicto que vive el campo o el campesinado con
el cabildiciosepronilmiedoambiental, desde hace ya mucho tiempo (años) es ahora
mismo el de mayor intensidad. El drama es tan trágico que se sufre hasta no
poder aguantar más y se suicidan ya demasiados. Y todo ello, no solo por el
control absoluto, sino que la intolerancia de los citados
(miedonmbietecabildiciosepronil), arrecia de forma radical. Ya son muchas las
familias que temen perder la vida del cabeza de familia, y viven como si fuera
la última vez que ven a sus feudos. Todo ello me lleva a escribir y decir, que
el campo, está fuera de todo control, con un triple poder que lo aplasta y
revienta, y tanto que no deja lugar ni siquiera a la protesta, mientras se
habla en otras lides del derecho a la huelga, que lo que es en el campo, ni la
más leve revuelta popular, ¡tanto es el miedo y el terror! Por no tener el
campo, no tiene ni un solo líder que defienda sus intereses (poder vivir del
campo ejerciendo la agricultura y la ganadería).
Se trata, pues, de una
violencia que no cesa, sino que va a más. Es imposible el diálogo, porque los
tres, hacen oídos sordos a todo. Y todo va como en espiral, y a más donde no se
acaba nunca el acoso, las multas, la vigilancia, etc. Y, ciertamente, no se
vislumbra a corto plazo una solución o terminación de esta “guerra” a muerte
del campo. Los medios de comunicación lejos de la realidad, la tapan con
huertos escolares y huertos urbanos, dándonos salidas muy elogiosas a estas más
que ridículas medidas a la crisis, al paro y al hambre, teniendo los huertos,
cercados, fincas, cadenas, etc. del campo cerrados a cal y canto, con vallas y
muros. Vive el campo, la peor de las dictaduras. El campesino, no tiene
democracia, ni libertad. El campo y el campesino sufren una auténtica
persecución a muerte. El campo y el campesino, vive bajo la sombra de un
conflicto y de una persecución (repito) total. Se castiga al campesino a vivir
sin trabajo, sin alimento, a merced de Cáritas y de sus cada vez menos ahorros
al tener que pagar cuantiosísimas multas, por nada y por todo. Es tal el acoso
que sufre el campo, que la situación ya es de emergencia, toda vez que el
pueblo campesino vive aplastado. Al que no paga, se les embarga, sufriendo un
castigo tan injusto como inhumano. Los campesinos huyen y se desplazan, y
se refugian donde pueden dejando atrás sus pertenencias y tierras, recibiendo
escasas atenciones, dado el número creciente de mendicidad y pobreza. Se trata
de una descarada e incruenta guerra civil, con un conflicto abierto del cual
nadie habla abiertamente por miedo a represalias y castigos, en un
enfrentamiento en el que la clase campesina corre el riesgo de desaparecer. La
situación es de atentado puro y duro, ya que el grupo cabildiciosepronilmiedoambientalista
es un grupo fuertemente integrista, y van a por todas, sin concesión alguno;
son radicales y extremistas de derechas, que actúan cuales terroristas, y que
tienen como objetivo, convertir el campo en un tabaibal y desaparecer del mismo
toda vida ya sea humana o vegetal. Pasa, que tradicionalmente, el campesino ha
sido y sigue siendo muy tolerante y aguanta todo lo que le echen. Ya pastores
no se ven, salvo algunos con 83 años y más, como Miguelito Jiménez en Caideros
de Gáldar y ya no puede ni caminar. Y si alguien practica algo de agricultura
es en régimen de clandestinidad, con mucho miedo por si es descubierto y
siempre acaba por ser multado (no hace mucho un pastor llevaba en una carrucha
una cabra muerta a enterrar, y a lo lejos sobre aquella lejana montaña divisó a
una pareja, y se volvió con su animal muerto a su casa donde lo escondió, a los
cinco minutos estaba la pareja en su puerta... [no sigo]).
El Padre Báez
No hay comentarios:
Publicar un comentario