El último en "escandalizar" (aunque, claro, cada día menos) al personal ha sido el atleta Usain Bolt. El hombre más rápido de la historia ha desatado la polémica en su autobiografía Como el rayo, en la que desvela su azarosa vida con mujeres, sexo, porros e incluso azotes. Claro que teniendo en cuenta que cada vez que habla con su padre termina sacándole el tema de la "caña" que le da "al asunto" con su madre, bastante que Usain no esté traumatizado.
Todo lo contrario. Parece que a Bolt le va bastante bien con el sexo, aparte de la "noche loca" con Sandra Bullock y Heidi Klum, el jamaicano confiesa que siempre tuvo éxito con las mujeres aunque después de su éxito en los Juegos Olímpicos de Pekín "se me tiraban a los pies. Podía elegir a la que quisiera. Fue un sueño hecho realidad. Tenía la impresión de estar en una tienda de chuches". Claro con este plan, no es raro que no le hiciera caso a su entrenador cuando quiso ponerle freno a sus noches de lujuria y pasión: "Me quiso prohibir tener sexo. Pero si le hubiera hecho caso, me habría vuelto loco. Yo lo tenía claro: para ser rápìdo y ganar a lo grande, a veces hay que darle caña". Pues eso, que de casta le viene al galgo.
Algo más amarga está resultando ser la autobiografía del exjugador de fútbol holandés Fernando Ricksen. Y es que la aparición de su libro de memorias ha coincidido con su terrible confesión en televisión: pueden quedarle como máximo cinco años de vida por culpa de la esclerosis lateral amiotrófica que padece, la misma enfermedad que acabó con la vida de Borgonovo recientemente. De esta manera, sus confesiones sexuales a golpe de biografía han quedado en un irrelevante segundo plano, así como el capítulo en el que asegura haber pasado una noche desaforada con Katie Price (famosísima modelo y presentadora inglesa, también conocida como Jordan) y que le costó una multa de 25.000 libras. Entre el drama y el morbo, la propia Katie lo ha desmentido en Twitter, señalando que "Fernando es un hombre bello y es devastador saber de su enfermedad. Pasamos una gran noche hace años pero no hubo sexo".
Nada que ver con lo que dice él en su libro, donde asegura que contrató a dos strippers para un baile privado junto a Katie y que luego tuvo sexo con ella en un hotel de lujo de a 500 euros la noche: "Una de aquellas cosas que pasan una vez en la vida y que nunca jamás olvidarás". Entre otras cosas, porque la juerga llegó a oídos de su club de entonces y le cayó una multa mucho más cara que el hotel, hazaña que sus compañeros aplaudieron con fruición.
Otro que está pelín "salido" es Ashley Cole. Después de algún tiempo (poco) tranquilo, el "macho man" de la Premier ha vuelto a hacer de las suyas. Lo que le faltaba a Mourinho, que no termina de levantar cabeza con el Chelsea. Y es que los tabloides británicos se han vuelto a hacer eco de un nuevo capítulo de la convulsa vida privada deCole. Ahora se trata de una presentadora de un canal porno de pago por satélite. Se llama Roxane Jeffers, tiene 24 primaveras y, como suele ser habitual en estos casos, está aprovechando de lo lindo el tirón mediático para contar con pelos y señales los detalles de un romance fugaz que comenzó en agosto cuando el Chelsea estaba de gira por EEUU.
Ashley, que liga hasta con los ojos cerrados, colgó una foto de sus pies en Instagram yRoxanne no dudó en contactarle a través de las redes sociales. El chico, que tampoco es de resistirse mucho, quedó con ella a su regreso a Inglaterra y ahí empezó todo: "Pizza, vino, películas juntos, piernas entrelazadas...". Para que luego digan que las "porno" no son románticas. Como diría Imperio Argentina, "qué mala es la gente...".
fuente : http://www.elsemanaldigital.com
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