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lunes, 11 de octubre de 2021

Chira Soria. Indignación, aprendizaje, respeto. Antonio González Viéitez

                                                       

 Opinión.

 Estamos en un momento caliente del debate sobre el macroproyecto de Chira-Soria. Se está
anegando a la ciudadanía de forma descarada con publicidad institucional y crece la polarización. Y,
como creo que la Transición al Nuevo Modelo Energético Limpio y Renovable

 es uno de los temas
de mayor envergadura con el que tendrá que enfrentarse la ciudadanía canaria en las próximas
décadas, me parece adecuado intentar abordar la cuestión global de forma comprensible.
Aunque, en esta ocasión, lo haga desde el tema y la perspectiva más importante y urgente que está
sobre la mesa: Chira-Soria
Creo que podemos resumirla en tres ámbitos estratégicos
I).- SOBERANÍA ENERGÉTICA
Canarias constituye un espacio energético autónomo e independiente de cualquier Continente. Por
tanto ninguna relación ajena le afecta y podemos organizarnos como queramos.
Por otra parte, desde los inicios del capitalismo moderno, el archipiélago siempre tuvo que importar
la energía que necesitaba el sistema. En la época de la esterlina, incluso se constituyó en una
estación de carboneo con implicaciones globales. Posteriormente, en la época de los petróleos, su
dependencia energética se mantuvo en valores absolutos. Como no teníamos recursos, había que
importarlo TODO. Era la época del petróleo abundante, barato y “sin problemas” y la sociedad
mundial y canaria se hicieron adictas.
Pero, al inicio del siglo xxi, la situación se viró por completo. Porque como todos sabemos, el
archipiélago se encontró con que era un emporio de energías limpias y renovables. Y se abrieron
enormes expectativas reales de transitar hacia una Soberanía Energética.
Un cuarto de siglo después ¿dónde estamos? Y la respuesta nos deja perplejos, pero sobre todo
indignados. Porque, sin entrar ahora en el cómo ni en el porqué, la realidad actual es que la inmensa
mayoría de energías renovables instaladas está en manos de empresas trasnacionales
Centrándonos en Gran Canaria y según datos del Gobierno Canario, del total de energías
renovables instaladas hasta ahora (abril, 2021), el 95% son de titularidad privada,
fundamentalmente trasnacionales, y solo el 5% son públicas. Y esto está en las antípodas de la
proclamada Soberanía Energética, porque en la práctica, el dinero que antes pagábamos a los
dueños del petróleo, ahora se lo tenemos que pagar a esas empresas a las que hemos concedido la
instalación de parques. Además, esas trasnacionales no producen energía. Lo que hacen es
aprovechar nuestros recursos energéticos primarios (viento, sol, luz…) transformarlos en
electricidad y vendérnoslos a nosotros aquí, directamente y en nuestra tierra.
El caso de Gran Canaria es el más escandaloso del archipiélago (Gomera excluida). En otras islas,
nada que ver. Por ejemplo Lanzarote está en otra galaxia. Allí, de todas las renovables instaladas, el
60% (12 veces más que en Gran Canaria) son de titularidad pública. Porque su Cabildo se ha
preocupado y ocupado en este reto y ha conseguido alcanzar ese importante porcentaje de
renovables.
En ese desdichado escenario de Gran Canaria, Chira-Soria ¿qué representa? ¿va a reequilibrar las
cosas? ¿Va por fin a apostar por la Soberanía Energética?
Y aquí aparece la indignación. Porque la gestión y el control del macroproyecto se ha entregado a
otra poderosa trasnacional “Red Eléctrica de España” que, durante ¡medio siglo prorrogable!, va a
conseguir que el conjunto de trasnacionales en la isla monopolicen de facto no solo la producción
de renovables, sino también de su almacenamiento, que es la clave de bóveda de todo el sistema.
Es decir Dependencia Energética monopolizada durante medio siglo prorrogable. Con el inri de que
se trata de las mismas empresas que están machacándonos con las subidas de precios de la
electricidad más desaforados de la historia. Mostrando su tremendo poder y su obscena
intransigencia.
Todos conocemos el hilo histórico de nuestros sucesivos monocultivos, acabando con el del
turismo. Ello suponía una economía extrovertida y muy frágil que fue labrando nuestra histórica
situación de dependencia estructural. El pueblo canario nunca fue dueño de su destino y siempre
acabó asumiendo esa situación, mientras se creaba una pequeña clase social que era la que
gestionaba el carácter de subalterno del pueblo canario.
Pero eso se podía acabar en nuestros tiempos. Y, por primera vez en nuestra historia se daban las
condiciones estructurales, tecnológicas, financieras y profesionales para hacernos independientes y
soberanos, nada menos que en el sistema energético del archipiélago. Pero el Gobierno de Canarias
y, en nuestro caso el Cabildo Insular, en vez de liderar esta excepcional y sobrevenida posibilidad,
se acobardan de nuevo, se hacen subalternos otra vez y desaparecen ante las trasnacionales. De esta
forma se desperdicia la posibilidad de autoconstruir un Sistema Energético Limpio, Renovable, con
un mix cercano al óptimo y con Soberanía Canaria.
No olvidemos que, en las sociedades modernas, el sistema energético supone el núcleo de poder
más significativo
Por eso surge la indignación. Por primera vez en nuestra historia podíamos ser soberanos. Pero nos
acobardamos pensando que es como siempre, sin valorar que esta vez es distinto y ahora, sí que
podemos… si queremos.
II).- MODELO CENTRALIZADO – DESCENTRALIZADO
El sistema energético de la era del petróleo que organizó el capitalismo fue Centralizado y, en su
desarrollo fue adquiriendo características de concentración, alcanzando tremendo poderío (creador
de guerras y hasta de países como Kuwait). En las últimas décadas, la concentración empresarial y
el Gigantismo fueron sus principales formas de crecimiento.
Todo era inmenso, desde los grandes petroleros hasta las grandes refinerías; desde las inmensas
tuberías y cañerías hasta las inmensas centrales eléctricas, acabando en las poderosísimas empresas
petroleras y energéticas. Nos acostumbramos a un sistema lleno de gigantes, algunos de físico
imponente , otros solo financieros. En cualquier caso, sistemas Centralizados y Monopolísticos.
Pero en la Era actual, en la Era de la Biosfera, en la que continuar con la estrategia del Crecimiento
Continuo es imposible y resulta imprescindible superarlo, las cosas también tienen que ser
diferentes en el ámbito energético. Sobre todo porque esos comportamientos están llevando a la
Humanidad al borde del Colapso Climático
La Sostenibilidad es la única estrategia que nos va a permitir restablecer todos los equilibrios rotos.
Teniendo especial atención, desde la perspectiva energética, a los equilibrios de la Naturaleza.
Para cuidarlos y mantenerlos.
En este aspecto, creo instructivo observar y analizar cómo se crea la energía y la vida en nuestro
Planeta. Aquí no existe ningún macrocentro energético aprovechable directamente, como estamos
comprobando con el terrible volcán de La Palma. El macrocentro energético del que nos
alimentamos no está aquí en La Tierra. Está en una estrella enorme y lejana: el Sol. Porque sabemos
que la vida y la energía en nuestro planeta se ha venido organizando a través de un asombroso
sistema de transformación de la luz en energía.Y la clorofila está dispersa en infinitas y pequeñas
“placas” donde funciona la fotosíntesis. Se trata de un modelo descentralizado hasta el infinito y
“democratizado”, en el sentido que se trata de Bienes Públicos de “imposible” apropiación privada.
Todo esto viene a cuento porque el Nuevo Modelo Energético, que tiene que nutrirse de los recursos
energéticos primarios, como se hace en la Biosfera para la vida, ha de intentar aprender cuál es la
forma más eficiente de aprovechamiento de esos recursos. y resulta que esa forma ya está
inventada…
En ese sentido, el Modelo de Transición deberá inspirarse en la propia Naturaleza. Y la apropiación
de las energías primarias debería realizarse por medio de series de infinitos artilugios. Los paneles y
las placas solares son la expresión más acabada de esta idea Y en esa escala micro, los
autoconsumos, especialmente los familiares, los cooperativos y los de las pymes, serían las
fórmulas más adecuadas.
A partir de ahí, hacia mayores niveles de dimensión y potencia energética, aparecen necesidades
más complejas como, por ejemplo la seguridad y continuidad energética, más allá de cada placa o
panel. Y aquí surge la necesidad de las redes, de las mallas y del almacenamiento. Y hablar de la red
de mallas y la malla de redes no es un trabalenguas sino la confirmación de su complejidad.
Es obvio que este planteamiento es insuficiente. El conjunto del sistema requiere centros y parques
de producción y almacenamiento de mayor dimensión, para garantizar la estabilidad y la
continuidad del sistema. Que tendrán que ser planificados y no dejarlo al albedrío de las
trasnacionales. Además, a partir de determinada dimensión, deberían ser públicos y proporcionar
recursos económicos soberanos al Tesoro Público canario y no dejarlo en ninguna cuenta de
beneficios privados como se hace ahora.
III).- LA BIOSFERA Y EL MEDIO AMBIENTE.
Hace un cuarto de siglo el Parlamento de Canarias aprobó por unanimidad (resalto el hecho), la Ley
de Espacios Naturales Protegidos (ENP). Se consideró todo un hito. Después de una larga etapa de
crecimiento turístico descontrolado, se llegó a la convicción que no se podía continuar por el mismo
camino. Y la Ley fue fiel reflejo de cómo, en aquellos tiempos, se valoraba el territorio, la
geografía, la biodiversidad, la arqueología, el paisaje… Al definir los ENP, teníamos la seguridad de
estar defendiendo, con una auténtica trinchera, determinados espacios geográficos de un valor
especial. Y las rayas y trincheras eran sagradas e inviolables. Es de destacar que en la mayor lucha
ecologista que se dio en Gran Canaria en aquel entonces (“Salvar Veneguera”), el objetivo era
resguardar todo el espacio del maravilloso barranco dentro del ENP del Nublo. Y cuando se celebró
la victoria, lo que se celebraba era haber conseguido incorporarla a un ENP. Y estos Espacios
constituyeron entonces el patrimonio colectivo e identitario más emblemático de los canarios.
Pero, con el tiempo, esta valoración fue cambiando a medida que los agentes inversores de siempre
se empeñaban en seguir proyectando infraestructuras, construcciones y equipamientos que no
estaban permitidos en los ENP. Y comenzaron a percibir que lo que en su día les había parecido una
declaración “muy bonita y que fardaba”, de verdad llevaba aparejada limitaciones. Y, poco a poco al
principio, pero a galope tendido muy pronto, fueron imponiendo una nueva propuesta: “Cualquier
proyecto que genere riqueza y empleo no puede verse limitado por un ridículo freno
medioambiental [con la coletilla de], eso sí actuando siempre de forma muy respetuosa”
En el fondo, la dirigencia económica y política, estaba intentando cambiar la valoración que la
opinión pública tenía sobre los ENP. Ya no eran aquel patrimonio colectivo intocable. En la práctica
se había demostrado que constituían un tremendo ESTORBO que, ahora aquí y mañana allí estaban
impidiendo crear riqueza y empleo que era lo verdaderamente importante para seguir creciendo
continuamente.
La dirigencia podía haber optado entre dos estrategias. La primera, directamente abolir la Ley y
hacer desaparecer los ENP. La segunda, más taimada, hipócrita e inteligente, seguir manteniendo
formalmente la Ley de ENP, pero desvalorizarlos, sortearlos, dejarlos fuera de juego. Y eso es lo
que se ha venido haciendo sin ningún rubor y sin despeinarse. Sin complejos.
Eso es lo que se viene haciendo, a mi juicio sin escrúpulos, con el macroproyecto de Chira-Soria.
Afectando a más de cuatro ENP del Suroeste y Cumbre de Gran Canaria. Como se ha decidido
hacer las obras, hay que asumir los terribles atentados que puedan hacerse a todos esos espacios y a
los canarios que los habitan. Todo eso no son otra cosa que “efectos colaterales” que, aunque no son
queridos, son absolutamente necesarios para alcanzar nuestros fines .
Así vienen intentando aplastar, debajo de la apisonadora del dichoso crecimiento continuo, la
valoración que teníamos de los ENP. Porque “es lo que hay”; “no hay alternativa”; “son los costes
del crecimiento”… Todo muy viejuno.
Un último apunte. El posible y generoso lector que haya llegado hasta aquí, seguro que conoce lo
que acaba de ocurrir con el Acuerdo sobre el proyecto de ampliación del aeropuerto de El Prat de
Barcelona. Para transformarlo en el núcleo de todos los trasiegos aéreos del Mediterráneo, con una
inversión de la enormidad de 1.200M€.
Nadie imaginaba que se pudiera torcer. Pero…
Esa ampliación afectaba a un pequeño ENP (la laguna de La Ricarda). Al conocer este hecho con
posterioridad, la opinión pública catalana se opuso radicalmente. Y ocurrió algo insólito desde la
perspectiva grancanaria. Porque tanto el Ayuntamiento de Barcelona como la Presidencia de la
Generalitat se plantaron. Dijeron que lo rechazaban simplemente por un solo hecho. Que afectaba a
un ENP y que no hacía falta ninguna otra argumentación.
Y uno se llena de rabia y desconsuelo comparando cómo valoran los catalanes un pequeño ENP y lo
que hacemos los canarios cuando una trasnacional viene a machacarnos hasta cuatro enormes ENP
aquí en nuestra tierra. Allí siguen suponiendo un patrimonio esencial del pueblo catalán. Aquí es un
estorbo para una trasnacional.

*Antonio González Viéitez es profesor jubilado de Economía de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Este artículo fue remitido por su autor para la publicación en nuestro blog.

fuente:  https://juanglujan.wordpress.com/

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