Sin embargo, también esconde el fracaso de la aventura personal del ministro de Industriaquien ha hecho todo lo posible para sacar adelante este enloquecido proyecto petrolero. Y para ello no ha dudado en destinar a un buque de la Armada para defender al barco de la multinacional, de los activistas pacíficos de Greenpeace, o vulnerar leyes y directivas europeas por lo que actualmente está siendo investigado por Bruselas.
La contaminación acústica, de las operaciones de perforación y barcos afecta muy negativamente a los cetáceos. Y la contaminación química, producida por los lodos de perforación y los materiales extraídos del pozo que son vertidos al mar por toneladas, también generan impactos importantes en fauna y flora a kilómetros de distancia del punto de sondeo.
De nada sirvieron las advertencias de la comunidad científica mundial o de los principales tour operadores europeos desaconsejando las prospecciones. Tampoco sirvió el clamor popular de todos los colectivos e instituciones canarias rechazando el proyecto. Finalmente el Gobierno llevó a Repsol a Canarias.
Pero ahora la empresa sale a hurtadillas del archipiélago esperando que su aventura no le cueste más dinero o más deterioro de su imagen.
Al menos esperamos que esto haya servido para algo, y es para tomar consciencia de la necesidad de cambiar el actual modelo energético, abandonando lo antes posible las energías sucias y apostando por fuentes limpias e inagotables. Canarias ya sabe lo que supone seguir con el viejo modelo y ahora tanto su sociedad como sus políticos están preparados para el cambio.
¿Qué puedes hacer tú?
- Seguir diciendo que NO a las prospecciones, que NO a este modelo. Firma nuestra peticióny difúndela.
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