Luis Alberto Serrano
@luisalserrano
Opinión
No podemos echarle la culpa a la maldita pandemia. Aunque sí estamos
viendo que, el “coronabulos”, también ha contagiado a la sociedad.
Ahora, compulsivamente, todos vamos a las redes sociales a explicar
nuestra visión de lo que estamos viviendo en el 2020.
Recuerdo cuando la
información la canalizábamos por los medios de comunicación oficiales.
Manipulados o no, que ese es otro debate, nos creíamos todo lo que se
decía. Cuántas veces no hemos oído “lo dijeron en la tele”, y ya eso era
seguro de veracidad. Teníamos un periodismo profesional que trataba de
dar las noticias y su función principal era: informar.
Con la llegada de las redes sociales se liberalizó todo. Ahora
cualquiera podía opinar sin temor, pero con un peligro inherente, la
subjetividad. Siendo la información la mayor fuente de transmisión de
ideas, todos pelean por hacerse fuertes en la batalla de la posesión de
la verdad absoluta. Y, ahí, es donde entra el juego de la política.
Pactemos que en este artículo no hay ideologías, puesto que yo mismo no
las tengo. Aun así, me tienen que reconocer que los partidos enarbolan
ideales con los que luchan por tener, en propiedad, la veracidad de las
noticias.
Me encantó cuando salió la red social twitter, porque estaba tan
llena de subjetividad que, en cualquier disputa social, podíamos leer
gente que opinaba a favor y sus opuestos, en contra. Esto te daba un
añadido, para sacar tu propia conclusión. Al principio, nos hizo más
críticos con las noticias. Ya no nos teníamos que creer lo que dijeran
en la tele. Fue cuando empezamos a darnos cuenta de que algunos medios
de comunicación nos informaban “a su manera” para controlar nuestra
forma de pensar.
En política se necesitan muchos votos, porque con ellos se consiguen
más diputados, y con ellos el control de las leyes. Así que, para
conseguir el poder hay que lograr que la gente comulgue con los ideales
del líder y, luego, lo apoyen en las urnas. Qué pena el día que se
dieron cuenta que las redes sociales eran una plataforma excepcional,
para transmitir las doctrinas del partido. El resultado es que, ahora,
tenemos una despiadada guerra en la que vale todo. Y una de las armas
empleadas más potentes está siendo: el bulo.
El bulo lo crean personas inteligentes y lo difunden los ignorantes.
No se me ofendan los lectores, ni se sientan insultados. Hay dos tipos
de ignorantes. A uno de ellos pertenecemos todos, en tanto en cuanto hay
cosas que desconocemos. Yo, por poner un ejemplo, no sé pilotar un
avión y me gustaría. Pero “ignoro” como se hace porque soy un ignorante
de esa realidad. Pero el otro tipo es el peligroso, el que no tiene ni
idea, pero habla como si fuera experto. Este tipo, como no sabe, para
parecer que domina el tema tiene que, obligatoriamente, copiar la idea
de otro. Ahí nace el transmisor de los bulos. El que da creencia a
noticias de las que desconoce su veracidad, pero las suelta como
ciertas. Si hasta se han creado “legiones” de perfiles falsos para
difundir masivamente los mensajes. ¿No se dice que la 3ª Guerra Mundial
será tecnológica? Quizás ya estemos en ella y no nos hemos percatado.
¿No se dice, se cuenta, se rumorea que Donald Trum ganó las elecciones
controlando los bulos? ¿Estaría difundiendo uno si lo afirmase? No nos
escapamos ninguno.
También, y hablando de las subjetividades, tenemos que decir que las
ideas nos entran fáciles cuando nos dicen lo que nosotros queremos oír.
Si no tengo trabajo porque en mi sector prefieren contratar inmigrantes
sin cualificar por menos sueldo, y me dicen que los que llegaron en
patera y estaban confinados se han escapado contagiando a cien personas,
no contrasto la información. Directamente difundo que el rebrote que
hay es debido a que hay que cerrar las fronteras. La realidad es que el
rebrote está siendo producido por el ocio privado y las fiestas de la
gente de la isla. Pero lo otro me parece más creíble, porque es lo que
quiero escuchar. Y ale, a difundir el bulo.
No, ni Kary Mullis, el creador de la PCR dijo que su invento no puede
detectar cargas virales ni los inmigrantes que están alojados en
complejos turísticos cerrados están de vacaciones pagadas. Estos bulos
se están difundiendo entre todos los que quieren lanzar el mensaje de
que todo está funcionando mal. ¿Qué interés hay en desestabilizar, con
falsas informaciones, el equilibrio social? Pues unos lo harán para
ganar votos, en contra de los que ostentan el poder. Estos son los
listos. Otros, seguidores de los ideales de estos, son los que se creen
listos, y no son nada más que la mera munición de esa arma tan poderosa.
Y que, como los casquillos de bala, quedarán en el suelo después de
haber sido usados. Y, por último, los ignorantes que se creen todo lo
que le dicen. Por favor, intenten no pertenecer a este grupo. Contrasten
las informaciones antes de darle veracidad. Descubrirán muchas cosas
que creían verdad y no lo son. Y para ser personas, tengan sus propios
criterios. Que no sean otros los que dirijan sus formas de pensar.
Por cierto, el padre del goleador más joven de la historia de la
selección española de fútbol, Ansu Fati, llegó ilegal a Europa. ¿Qué
hacemos, los echamos? No tiene sentido. ¿Y a mi amigo Luc André? Menos
todavía.
fuente: https://maspalomasnews.com/bulos-manipulacion-o-ignorancia/
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