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sábado, 2 de mayo de 2015

El histórico buque francés «L'Hermione» echa el ancla en Gran Canaria



 Bajo un sol radiante, la réplica de la «fragata de la libertad» llega al Puerto de Las Palmas en medio de un recibimiento multitudinario.

La ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y su cosmolita puerto escribió este viernes festivo una página histórica con la imponente llegada de la réplica de la legendaria fragata de guerra francesa «L'Hermione» o «Hermione», uno de los indiscutibles símbolos del apoyo galo a la independencia de Estados Unidos del Reino de Gran Bretaña.
El navío tocó tierra un poco antes de las 12 del mediodía, en el Muelle de Santa Catalina, y aprovechará su estancia en el puerto grancanario para repostar, avituallarse y hacer los últimos cambios de tripulación, 80 en total, antes de zarpar en unos días rumbo a América.
Desde su salida de l’Ile d’Aix (Francia), en la desembocadura del río Charente, en el Atlántico, hasta avistar las islas, han transcurrido dos semanas exactas, del total de seis que está previsto dure esta aventura. «Ha sido una travesía tranquila, sin muchas dificultades, pero con un poco de falta de viento alrededor de Finisterre. Con los alisios alcanzamos Canarias, donde nos quedaremos unos días», expresó el capitán, Yann Cariou, un experimentado militar que hizo escala por primera vez en el recinto portuario de Las Palmas en 2004.
El objetivo de los tripulantes ahora es descansar del largo periplo y visitar islas como Lanzarote y Tenerife de aquí al 6 de mayo, fecha en que, si el tiempo no lo impide, se despedirán de Canarias con destino a Yorktown, adonde, con ayuda del viento, esperan atracar el 5 de junio, la primera de sus once escalas en la costa este estadounidense, entre ellas, Baltimore, Filadelfia, Newport, Boston y Nueva York.
«L'Hermione» es una impresionante copia del original. Reproduce hasta en los detalles más nimios a aquel que en 1780, capitaneado por un impetuoso Gilbert du Motiermarqués de Lafayette (1757-1834), cruzó el Atlántico para decirle a su amigo George Washington, comandante de los insurgentes norteamericanos contra el dominio británico, que Francia estaba enviando una potente fuerza militar para ayudarlos. Tiene un casco de 45 metros de eslora, un gran mástil de pino de 54 metros y navega a una velocidad máxima de 14 nudos (26 km./hora) a toda vela.
En la recreación destacan, además de su gigante bandera francesa, sus 17 velas y los cañones que sobresalen del casco, que dan una idea de que Lafayette no viajó a Estados Unidos precisamente en son de paz. «Es un barco rápido, fácil de manejar, al ser un barco de guerra, y muy eficiente», precisó Cariou, quien recordó que comenzó a construirse en los 80 y tardó 17 años en terminarse.
Las velas desplegadas suman 2.200 metros cuadrados, están sujetas por 25 kilómetros de cuerdas y el ancla pesa 1,7 toneladas. Esta «obra maestra colectiva», como la definió el presidente francés, François Hollande, en su visita a la «fragata de la libertad» horas antes de partir, fue recibida en el Puerto de Las Palmas, 235 años después de la gesta, con un acto de bienvenida multitudinario.
El puerto rebosó de canarios y turistas, también franceses, que abarrotaron el muelle mientras las autoridades agasajaban al capitán y a la tripulación, compuesta por 17 marineros profesionales y más demedio centenar de voluntarios, muchos de ellos estudiantes. Entre ellos tres estadounidenses y un belga. Además, junto a ellos se desplazan medios de comunicación franceses que relatarán el periplo con todo detalle.
A pie de muelle, el público curioseaba el navío y un grupo folclórico canario amenizaba el atraque. A bordo, el presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna; el concejal capitalino de Turismo, Pablo Barbero, y el jefe del departamento de explotación de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Juan Francisco Martín, hacían la recepción institucional al capitán, ataviado con la indumentaria de hace 200 años, y al presidente de la Asociación Hermione-La Fayette, Benedict Donnelly.
De hecho, aunque viajan con todas las comodidades tecnológicas, la tripulación estaba vestida de época, lo que hizo que su llegada a la capital resultara una evocación triunfante de la independencia norteamericana. Orgulloso de su historia, bajo un radiante cielo azul «L'Hermione» navegó en paralelo a la Avenida Marítima de la capital grancanaria, desde la altura de la calle Juan XXIII, para que todos los ciudadanos apreciaran su belleza.
El simbolismo que desprende «L'Hermione» se palpa de proa a popa. Tal es así, que en el arranque de esta aventura el presidente estadounidense, Barack Obama, envió un mensaje a la tripulación, que leyó Thomas Wolf, el cónsul de Estados Unidos en Burdeos (Francia), en el que aludió a «la amistad» entre los dos países. Su llegada al país americano será uno de los grandes acontecimientos del año. El próximo 4 de julio, su Día de la Independencia, cientos de barcos escoltarán a este icono de la libertad en la bahía de Nueva York durante el tradicional desfile, con la Estatua de la Libertad como telón de fondo.
Hasta que llegue ese momento, por unos días, los que se encuentren en Gran Canaria pueden visitar al buque entre las 16.00 y las 19.00 horas. Desde el sábado al miércoles 6 de mayo, de 10.00 a 12.00 horas y de 14.00 a 18.00 horas.
fuente : http://www.abc.es/local-canarias/20150501/abci-hermione-palmas-fragata-201505012116.html

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