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domingo, 23 de noviembre de 2014

"Millones de gracias por esas palabras. JC". ¿El mensaje que el Rey Juan Carlos mandó al pequeño Nicolás?


El sábado ha sido el gran día de Fran, como le gusta que le llamen. Su exposición mediática ha sido abrumadora en la jornada de hoy. Todos los españoles desayunábamos con la portada de El Mundo, en la que el pequeño Nicolás afirma rotundo: "Yo colaboraba con el CNI, Moncloa y Zarzuela". Y la segunda gran intervención del personaje más buscado de este último mes ha sido en Telecinco, en el programa de prime time Un tiempo nuevo.

En esta última entrevista, Francisco Nicolás Gómez Iglesias ha reiterado su inocencia y sus colaboraciones con grandes instituciones del Estado. La Infanta Cristina, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el exministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos, el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, el secretario de Estado de Comercio o el Rey Juan Carlos I. El pequeño Nicolás ha intentado detallar todos sus encuentros con estas destacadas personalidades del Estado en una densa entrevista en la que ha ido desgranando uno de los capítulos más kafkianos que han surgido en la prensa en los últimos años.


"Tengo información de todo tipo que podría hacer dimitir a muchas personas", ha asegurado Francisco Nicolás Gómez Iglesias durante su primera entrevista televisiva tras 38 días de cautiverio después de ser detenido por un supuesto delito de estafa.

En la primera parte de la entrevista el joven Gómez Iglesias ha relatado el día de su detención. El pequeño Nicolás asegura que durante sus 72 horas de detención lo llegó a pasar realmente mal, llegando, incluso, a sufrir varios ataques de ansiedad. “Cuando salía de una reunión un coche camuflado con distintivo policial me para y un agente de paisano me dice que me tengo que introducir en el vehículo”, ha narrado con sorpredente soltura en una persona poco familiarizada con los platós de televisión.

Con aire tranquilo y sosegado Nicolás ha relatado paso a paso el día de su detención, una escena más propia de una película policiaca protagonizada por un ínclito estafador, más que por un joven imberbe con cara de simpático. “Cuento hasta seis agentes de paisano, que en ningún momento se identifican y me comunican que estoy detenido”, prosigue Nicolás, que apunta que no fue consciente de su detención hasta que le pusieron las esposas. “Las mismas esposas que las de Miguel Blesa, me dijo un Guardia Civil”, una coincidencia que más que un orgullo le molestó, puesto que ha insistido en que no se siente orgulloso de que se le acuse de estafador.

Según Nicolás, sus sospechas sobre un seguimiento semanas antes de su detención empezaron a acrecentarse cuando un día una señora en una moto realizó movimientos extraños que le llevaron a pensar que le estaban siguiendo y grabando. “Estos hechos los pongo en conocimiento de la Guardia Civil y la Policía Nacional, y les pido información sobre la matrícula del vehículo que me seguía”, ha asegurado Nicolás. Según su relato, la información que le proporcionan sobre la persona que supuestamente le seguía apunta a alguien de la secretaría general del Estado destinada a los servicios generales. Tras este episodio, según el joven una secretaria de un alto cargo del CNI le dice que sea discreto y no diga nada.

El joven ha asegurado que tiene ligeras sospechas por las que fue detenido, aunque no ha querido dar detalles. “Un mes y medio antes de mi detención denuncié una serie de actuaciones alegales por parte de varios agentes del CNI”.

Tras el relato de su detención, los periodistas asistentes a la entrevista en Un tiempo nuevo le interpelan por su papel en los diferentes organismos en los que ha asegurado que ha colaborado asiduamente, como el CNI, vicepresidencia del Gobierno o Casa Real. “Yo no me considero clave en un proceso en el que seguramente los servicios de inteligencia y los cuerpos de seguridad del Estado están trabajando, pero en algunos servicios que yo realizo sí he sido esencial”, ha apostillado con aires de cierta grandeza.

Enlace con la Casa Real

Sus enlaces con la Casa Real han copado gran parte de la entrevista, sobre todo por la fotografía en la que se le vio estrechar la mano a los nuevos Reyes durante el tradicional besamanos en el Palacio Real el día de la proclamación. “Es Casa Real la que me invita, yo no me colé”, ha afirmado rotundo Nicolás y para corroborar sus palabras ha mostrado un correo electrónico con la supuesta invitación de la Casa del Rey.
Asimismo, sobre sus trabajos relacionadas con el caso Nóos Nicolás ha reiterado que su papel era ser el enlace entre Casa Real y Manos Limpias, que actúa de acusación popular contra la Infanta Cristina.
Su contacto dentro de la Casa Real era Carlos García Revenga, aún secretario personal de la Infanta e imputado en el Caso Nóos. Según Nicolás, su relación con Revenga no era sólo profesional, sino también personal. Es más, el joven apunta que la persona que le alerta de que está siendo investigado es el propio García Revenga. “Se irá comprobando esta semana que no soy un impostor”, ha reiterado.
Pero sus enlaces con la aristocracia de España no quedan ahí. Según Nicolás, el propio Rey Juan Carlos I le contestó a un mensaje que le envió el día de su abdicación. “Millones de gracias por tus palabras. Fdo:J.C.”, fue el escueto mensaje de agredecimiento del monarca.

"La vicepresidenta me invitó al balcón de Génova"

También ha hablado de la vicepresidenta del Gobierno, con la que asegura que se ha reunido en varias ocasiones, la última un mes antes de su detención. A pesar del comunicado emitido por vicepresidencia negando cualquier tipo de colaboración con Nicolás, el joven pone en entredicho los comunicados que se emiten. “La vicepresidenta del Gobierno me invitó al balcón de Génova”, ha asegurado sobre una de las fotografías que se han publicado en los medios en las que aparecía en el balcón de la sede del PP celebrando la victoria en las últimas elecciones generales. 
Otro de sus contactos exclusivos de los que también se ha hablado es del exministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Según Nicolás, le conoció en la proclamación del Rey y se acercó a él presetándose como un simple estudiante de CUNEF. Al parecer el joven le ofreció un proyecto, sin contraprestación alguna, sobre negocios petrolíferos en Guinea Ecuatorial.
A pesar de relatar una historia difícil de creer con tintes policíacos y conspiranoicos, con persecuciones, pinchazos de teléfono, guerras internas entre el Gobierno y el CNI, el pequeño Nicolás asegura que tras el revuelo su pretensión es volver a la vida normal. “Me gustaría acabar mis estudios y vivir el presente”, ha dicho Nicolás, quien ha reitarado en varias ocasiones que se siente desprotegido y tiene miedo por posibles represalias de "gente muy importante". 

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