Por MAURICIO BASTERRA - El 22 de noviembre, Rodolfo Martín Villa aparecía en público por primera vez desde que la jueza María Servini de Cubría cursara la orden de detención internacional contra él y otros 19 altos cargos del franquismo. Ese día, Martín Villa acudió a un acto de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, en el que compartió mesa con el Juan Carlos de Borbón y con Marcelino Oreja. A pesar de la orden de detención, el Gobierno español de Mariano Rajoy ha paralizado, de momento, todos los trámites. Una vez más, gracias a la Ley de Amnistía de 1977.
La orden de detención
Para que una querella salga a trámite hace falta que el delito que se denuncia tenga culpables. Y las investigaciones llevadas a cabo por la jueza Servini, en colaboración con numerosas organizaciones de memoria histórica, así como con organizaciones sindicales como la CNT, han concluido que hay indicios suficientes para considerar que algunos cargos del franquismo todavía vivos tuvieron responsabilidad directa en los crímenes del régimen y de la Transición.
En esos tiempos, Martín Villa ejercía funciones de ministro de Relaciones Sindicales en el Gobierno de Carlos Arias Navarro. La querella argentina lo considera responsable directo de lo sucedido. Una responsabilidad que, según dictaminó una comisión del Gobierno vasco en 2008, también comparte el difunto Manuel Fraga, entonces ministro de Gobernación.
Su carrera en el franquismocontinuó como procurador en las Cortes en varias legislaturas, así como dirigente de la Organización Sindical ygobernador civil de Barcelona. A la muerte de Franco ejerció comoministro de Relaciones Sindicales en el gabinete deCarlos Arias Navarro, cargo que ocupaba cuando se produjeron los“sucesos de Vitoria”. Otra de las acusaciones que pesan sobre Martín Villa es su responsabilidad en el incendio del teatro Scala de Barcelona en 1978, cuando era ministro de Gobernación durante el mandato de Adolfo Suárez. Martín Villa siempre había mostrado una especial animadversión hacia el anarquismo.
Se cuenta que llegó a manifestar que para él era más preocupante el movimiento libertario que ETA. Lo cierto es que la CNT sufrió infiltraciones policiales que desembocaron en el incendio de la sala de fiestas Scala de Barcelona. Todo en un momento en el que la organización anarcosindicalista estaba en plena movilización contra los Pactos de la Moncloa. La represión que se ejerció contra la CNT, así como las posteriores escisiones, dejaron mermadas las fuerzas de una de las centrales sindicales que no habían entrado en el juego de la Transición.
Tras su paso por la política, Martín Villa se dedicó a los negocios. Entre 1997 y 2002 fue presidente de Endesa, cuando la empresa todavía era parcialmente pública. Durante su gestión, se completó la privatización. En 2004, fue nombrado presidente de Sogecable, cargo que ocupó hasta 2010.
El peso de la Ley de Amnistía A pesar de la orden emitida contra Martín Villa, el ex ministro de Arias Navarro y Adolfo Suárez ha salido del paso, negando cualquier tipo de responsabilidad y afirmando que está dispuesto a declarar ante la jueza argentina si así se estima. Igualmente puede que comparezca en el Congreso de los Diputados.
Otra de las acusaciones que pesan sobre el ex presidente de Sogecable es su papel en el intento de asesinato del abogado canario Antonio Cubillo, líder del Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC), en 1978. El mismo Cubillo, al regresar a España en 1985, acusó directamente a Rodolfo Martín Villa del atentado. En su larga carrera fue comisionado del Gobierno en el caso del Prestige y también presidente de la Comisión de Control de Caja de Ahorros de Madrid (1993-1997
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