autor padre baez
Están cayendo “bombas” en el campo. Nadie trabaja ya
en el campo. El campo sufre hambre. El campo vive en un constante conflicto.
Los intestinos del campo –en el campo- andan vacíos. Se huele a muerte. La
situación es gravísima. El campo no va a sobrevivir. Operan fijo en el campo,
contra el campo. Perforan la única fuente de economía. El campo ya, no tiene
peso. El campo –imposible- no se recupera. Ya, hay heridas irreversibles. En el
campo, todos son víctimas. El cabildo provoca enfrentamiento con su miedoambiente
y el seprona. El campo, está desarmado. Las fuerzas, las tiene el tripartito
(Cabildo-seprona-miedoambiente). El conflicto surge porque no dejan hacer nada.
No se puede ejercer la agricultura; tampoco la ganadería. Está todo protegido.
El campo, no es independiente. Está cerrado, protegido, vigilado. Cabra, no se
ve ninguna; los pastores, desaparecidos. Se vive en la miseria. El campo se ha
quedado sin derechos. No se permite hacer nada, absolutamente nada. En el
campo, falta la paz. Se perdió la esperanza.
El cabildo con sus dos brazos
(seprona y miedoambiente), lo impide –con multas- todo. Todos al paro. Los
ayuntamientos, callan, nada hacen en la defensa de sus pueblos, que pierden la
productividad, que acaba con toda industria, a no tener materia prima alguna.
Solo tenemos: tabaibas, retamas, pinos, acebuches, cardones, etc. Un cabildo
prepotente, que humilla, atropella, ataca, acosa, etc. Una ofensiva-conflicto,
sin nadie en frente (miedo, terror, susto, etc.). Nadie media. No hay unión
campesina. El “bombardeo”, es constante. Nadie protesta. Todo es denunciable.
El campo sufre (bis). Ha desaparecido la sonrisa en el campo. El campo, es un
“estado” policial (miedoambiente y seprona). Esta situación es ocultada y
callada por los distintos medios de comunicación social, que apoyan la acción
del miedoambiente, que se publicita en ellos. Se vive en una guerra desigual.
Enfrentamiento imposible. Nadie ayuda al campo. El cabildo engaña con cursos
inservibles, para devolver la agricultura y ganadería, pero miente (es un
engañabobos). La situación, es de emergencia. El conflicto, se ha cobrado ya
–por medio de suicidios- varias vidas (muertes silenciadas). El campo se
refugia en las afueras de las grandes y pequeñas poblaciones, aumentando el
chabolismo y el amontonamiento humano indigno de la condición propia. El que
queda en el campo, se desnutre. Ya se ven cuerpos raquíticos. No se permite el
cultivo, del cual comer (¡y trabajar!). La justicia no toma partido (salvo para
favorecerlos a ellos, con sus muchas leyes en regla, para terminar con el
sector primero. El entorno natural se asilvestra y embosca, sin más,
desapareciendo endemismos y toda la fauna. Se acaba con la tradición y las
raíces e identidad de una cultura y su Historia. El campesino, se ha quedado
sin voz, nadie se la presta, ni habla por él. Solo quedan los ancianos. Las
escuelas –como las alpendres- están vacías. Los sabios del campo (así los llama
el cabildo), se quedan sin “alumnos”, y ni dan clase a nadie; tampoco pueden
llevar a cabo la sabiduría que poseen...
El Padre Báez.


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