Aunque este poema es un regalo para la mía, que ya está en el Cielo, yo también sé que a ella no le hubiese importado que lo compartiera con todas las madres, que hoy me leen.
MIRANDO TU FOTO
Mirando tu foto Mamá, me pregunto para mis adentros... él por qué la memoria no quiere aumentar los recuerdos de este feliz día.
Mares internos de almas en pena, por los que navego a pesar de la corriente y en contra de la triste melancolía.
Ahora me parece escuchar los sonidos de los verbos que iniciaron
mis primeros años de vida; los engarzados en tu musical vocesita
herreña.
Los silencios de los astros del firmamento, son hoy los testigos
del amor que por ti sigo sintiendo, a pesar de los años transcurridos
desde tu partida.
Los mismos donde a la niebla de los tiempos se le antoja tenerte escondida.
Solo Dios podrá conocer cuando ha de llegar ese feliz momento por mi esperado.
El de poder escuchar de tus maternales labios... ¡Hola! Julio
César hijo mío, soy yo, Mamá Consuelo, la misma que en el Cielo te
espera.
Julio González Padrón
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