Existen documentos que confirman la celebración de estas fiestas en el año 1590, ya en estas fechas se traían las ramas desde Tamadaba hasta el valle y desde allí se hacían llegar a la iglesia en medio de bailes y cantos.
A día de hoy, estas fiestas se han popularizado de tal manera que incluso hoy se celebra en varios lugares de Gran Canaria. Esta tradición, mezcla cristiana y pagana, se realizaban con el fin de implorar al cielo la tan deseado liquido.
Cuenta la tradición que el día anterior a la festividad de la Virgen de las Nieves, los jóvenes del lugar caminaban hasta la cercana Tamadaba de donde traían ramas de pino, laurel eucalipto, brezo o mimosas, al llegar al pueblo las repartían entre los vecinos.
A continuación partían caminando hasta la playa para con ellas dar golpes al agua mientras cantaban “agüita, agüita que la tierra está sequita” Después de este rito pagano llegaban hasta la iglesia donde depositaban las ramas al pie de la Virgen.
En la época actual esta fiesta se ha hecho popular en otros barrios o municipios donde se recorren las calles al son de una música pachanguera y pegadiza pero alegre y entretenida, en ella no pueden faltar los papahuevos quienes ponen su color alegre al recorrido.
Deseo que, como canaria, esta tradición no se pierda y, sobre todo, que la tan ansiada agüita riegue los campos de nuestras islas.
María Sánchez.
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