Artículo de opinión
Campo de golf El Cortijo, lo que en principio se convirtió en algo maravilloso y próspero para el municipio, una inversión monumental donde se llegó a soñar con unos cambios en lo laboral para Telde, hoy queda muerto y abandonado. Sus instalaciones destrozadas, con vegetación como el palmeral que alegraba la vista, hoy duele mirarlas. Sus charcas hoy secas donde antes tanto patos como aves migratorias hacían su parada de descanso; se soñó en algo que se convirtió en pesadilla, solo el que está alegre de verlo así es quien de él sacó tajada.





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