Gafotas, cuatro ojos, ballena, por lo de gorda/do. Estas y otras lindezas han escuchado y, desgraciadamente, seguirán oyendo muchos niños cuando su físico no entra en los patrones de quienes los miran.
Existen personas muy dadas a usar estos tipos de frases para, con alevosía y mucha maldad, hacer un daño moral a las personas que, según sus gustos y estereotipos no entran en su canon de belleza.
Años atrás esto ocurría en los colegios donde en cada recreo o a la salida de clase, los bombardearon con las frases más humillantes que podían usar.
Pero, desgraciadamente, esta costumbre a la que hoy le llaman bullying ha hecho mucho daño a niños y adolescentes, llegando muchos de ellos a quitarse la vida a causa del acoso del que son víctimas.
Hace pocos días me contaba una amiga haber sido martirizada con este tipo de acoso estudiantil. Ella me decía, que estos insultos nunca le afectaron ni hicieron mella en su vida privada pues siempre poseyó un alto valor de sí misma, y así continúa.
Según algunos psicólogos, se ha detectado que muchos de estos acosadores son víctimas de gran cantidad de complejos que no han sabido superar, y de esta manera, se sienten más fuertes y valientes.
Lo más curioso es que aquellos que siempre están dispuestos a hacer daño a otro niño, nunca o casi nunca lo hacen solos, su cobardía es de tal magnitud que se hacen acompañar por otros a los que también tiene amenazados.
Mary Almenara.
La vida desde hace muchos años, hacido cruel para muchos.
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