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lunes, 27 de noviembre de 2017

‘Costumbres de mi tierra-Mazapanes y Truchas’

 
 
Con la llegada de la navidad, las mujeres de la casa comenzaban a preparar los ricos y tradicionales dulces propios de la fiestas con las recetas del buen hacer de nuestras abuelas

Años atrás, cuando los supermercados no estaban en cada esquina era costumbre que, acercándose los días previos a la Navidad, las mujeres de la casa se pusieran a preparar las golosinas propias de estas fiestas tan especiales.
Las casas se llenaban con el olor, no muy agradable por cierto, de la manteca derretida para elaborar los mantecados: de igual modo se iban pelando las almendras para el mazapán, se hacían las truchas de cabello y batata, bollos de almendra y todos los dulces que las manos artesanas de una mujer preparaban con primor para agasajar a la familia.
Se hacía el mazapán moliendo la almendra con el azúcar, a la que se le mezclaba yemas de huevos ralladura de limón y un poco de canela en polvo. A esta masa se le daba forma de queso luego se colocaba en un aro o, en su defecto, una faja de tela.
Los más famosos quesos de mazapán se trabajaban en Tejeda y esa tradición aún se conserva. Hoy se pueden encontrar con mejor o peor calidad en cualquier supermercado.
Preparar las truchas era un trabajo de enanos cuando, años atrás aún no se vendían las obleas formadas, ya que éstas eran preparadas a mano amasando la harina con manteca de cochino. Esta masa había que trabajarla con mucho esmero y dedicación hasta conseguir la textura del hojaldre.
Con un vaso o escudilla se recortaba para ser rellenada con cabello o batata, otra variedad muy apreciada.
En cada una de nuestras islas gozan de sus respectivos dulces tradicionales. El Hierro de sus quesadillas, La Palma su ñame sancochado y comido con miel de abeja y las ricas rapaduras o los huevos mole, Tenerife sus pasteles laguneros; pasteles de carne, leche crema y conserva de guayaba.
Hoy estas labores han pasado a un segundo plano después de comercializarse todo, si bien, es verdad que no tienen el mismo sabor ni el cariño que nuestras madres ponían al hacerlo.
 http://www.canariasopina.com.es/articulo/22581

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