Como bien dice la canción “Algo se muere en el alma cuando un amigo se va” Algo se rompió en el corazón de todos los presentes cuando la codirectora, Conchy Vera Santiago anunció, con voz entrecortada, que aquella revista que ponía en nuestras manos en la noche del 7 de Noviembre era la última.
En un principio nos quedó el derecho de la duda, pero a medida que continuaba la presentación, fuimos percatándonos de la cruda realidad.
La Guía Histórico Cultural de Telde ha formado parte de nuestras vidas durante 25 años, salvo unos pocos en que por razones personales de sus directores, tomó un corto periodo de descanso. Ella se ha hecho presente cada año en el mes de Noviembre, para formar parte de un acto más en las fiestas de nuestra Ciudad de Telde, como queriendo rendir un homenaje a nuestro patrón San Gregorio.
Por sus láminas litografiadas, obra de su director José Luís Pérez González, se han conocido diferentes rincones de esta ciudad. De igual modo, las personas que cada año asoman su cara tras una foto, nos traen recuerdos del pasado, haciéndonos rememorar nuestros años de juventud. O, como ocurre en esta edición, donde se recuerda los antiguos oficios.
Pero, aún con un sentimiento de pena, no dejo de reconocer que “sus padres literarios” deseen dejar que esta señorita de 25 años camine sola, que de ella nos quede un bonito recuerdo. Pues, por mucho que ellos acaricien la idea de continuar, no se puede llevar a cabo un trabajo de esta índole sin más ayuda, económica, que la de dos personas que durante tantos años, lucharon por conseguir hacerla presente cada mes de Noviembre.
Si bien es cierto que llegaron a percibir ayudas por parte de organismos oficiales, éstas apenas llegaban para cubrir los gastos que implica todo lo que concierne a la Revista. Para más Inri cada vez, y por diferentes motivos, se reducía más esta aportación económica. Otra fuente de ingreso provenía de los empresarios que se anunciaban en sus páginas, pero la crisis ha hecho que muchos de esos comercios permanezcan ahora cerrados.
A todo esto hay que sumar el esfuerzo humano que se esconde tras cada página, cada renglón, cada frase. Son horas quitadas al sueño, al descanso y sobre todo a sus hijos. Son reuniones con los colaboradores, con imprenta, con organismos oficiales para cuadrar día, lugar y hora para la presentación. Son momentos de nervios, de desasosiego cuando los días se echan encima y aún quedan muchas cosas por terminar. Pero, lo que mucho de ustedes quizás no sepan estimados lectores, es que cuando una revista hacía su presentación en sociedad, la siguiente se estaba gestando.
Por último, y de modo particular pido a quien competa, que la Guía Histórico Cultural de Telde tenga un reconocimiento permanente en nuestra Ciudad de Telde, del mismo modo que se ha hecho en otros casos.
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