… que si se planta millo, es por y para el gofio;
que si trigo para harina y pan, y así pudiéramos seguir con ejemplos mil,
pero…, tocante a la tabaiba, se la protege, defiende y se la deja copar todos
los terrenos por más que huertas y fincas fueran, sin que de ella nada se
obtenga. Debemos vivir en bobilandia o idiotilandia, ya que al tener tan masiva
como absoluta plantación de plantas tan numerosas que no se las pueden ya ni
contabilizar por el excesivo número de ejemplares, y que laboratorio no haya
que le saque algún provecho, que las universidades que las soportan no
descubran algún efecto o virtualidad de la misma, y que si así fuera,
más y
mejor que el petróleo, millonarios nos volveríamos al contar con tan elevado e
infinito número de plantas, es raro, por no decir rarísimo que estas plantas en
número tan total y masivo, nada produzcan y se las defiendan, amparen y
protejan, pero…, acabo de recordar, que es planta muy fructífera, y es que el
producto de la misma -leche aparte y no
aprovechada en nada- es muy rica dado el número de multas que se transmita y
los suculentos ingresos que por ella entran en las arcas del cabildo que le
chupa la sangre así al escuálido y exprimido pueblo canario, que por descuido e
ignorancia arranca o rompe alguna tabaiba. Sí, la tabaiba no cura, ni embellece
(a lo mejor contiene algún componente cosmético, u otros [alimenticio, está
claro que no]), ¿qué razón, salvo protegerla si endemismo fuera como cosa rara
y exclusiva de flora, pero que en el número de ejemplares, como que no es el caso; el caso es que el cabildo
se forra gracias a ella? Pero, ¿es justo?, ¿es ético, ¿es serio? ¡Ah, amigo…!
¿Se sirve al pueblo, o se sirven del pueblo, y es la tabaiba la tapadera?
El Padre Báez.
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