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martes, 1 de octubre de 2013

Puerto del Rosario. Ocho cabras mueren por comer la poda de unos jardines de la capital










Quince cabras se vieron intoxicadas y ocho de ellas fallecieron tras ingerir restos de poda procedente de los jardines de Puerto del Rosario. Ocho de los animales cayeron fulminados tras comer los rastrojos, mientras que siete de ellas se encuentran en tratamiento veterinario, aunque no se descarta que en las próximas horas pueda morir alguna otra más.
Las cabras afectadas forman parte de un ganado destinado a la producción lechera que tras este suceso deberán permanecer en cuarentena y sin que su leche pueda destinarse a la elaboración de queso, como hasta ahora. El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil y la Policía Local de Puerto del Rosario investigan las causas de la muerte de los animales, aunque todo apunta a un posible envenenamiento por ingerir alimentos que fueron tratados con plaguicidas muy tóxicos.
Los restos de podas de los jardines de la capital son depositados por operarios de la empresa FCC Jardines, concesionaria del citado servicio municipal, junto al almacén del departamento de Carreteras del Cabildo de Fuerteventura, en la zona conocida como Llanos Pelados. Se da la circunstancia que a escasos metros de donde se depositaron los rastrojos se encuentra el Vertedero insular. Sin embargo, desde hace tiempo se vienen dejando en este lugar, que no se encuentra vallado y que permite el acceso a todo tipo de animales, no solo a las cabras sino a las especies cinegéticas, como los conejos.

El ganadero Kiko Vera salió ayer a media mañana a dar una vuelta a su rebaño tras haberlos soltado al concluir las labores de ordeño y observó aterrorizado como muchas de ellas se encontraban tiradas en el suelo, unas muertas y otras agonizando. Todas ellas se encontraban a escasos metros de la zona donde se depositan los desechos de las podas de las zonas verdes de Puerto del Rosario. Inmediatamente alertó a la Policía Local y a la Guardia Civil quienes desplazaron a sus efectivos para levantar atestado y recoger las muestras pertinentes para verificar las causas de las muertes.
Investiga el Seprona
Tanto el Ayuntamiento capitalino como el ganadero afectado contrataron los servicios de las veterinarias Belinda Conejo e Ismene Santiago, respectivamente, quienes tomaron muestras de sangre, de los rastrojos y de tejidos y contenido estomacal para remitirlo al Instituto Toxicológico de Las Palmas de Gran Canaria.
También se realizó la necropsia a uno de los animales, mientras que tres cadáveres fueron trasladados hasta la Estación Biológica de La Oliva donde permanecen en cámaras frigoríficas por si fuera necesaria la realización de nuevas pruebas. Los primeros datos apuntan que las cabras ingirieron restos de malas hierbas de tipo tapizante que "fueron tratados con algún insecticidas muy tóxico. Era un veneno muy rápido ya que cayeron fulminadas", señalaron a este periódico fuentes cercanas a la investigación.
El Seprona se ha hecho cargo de la investigación de este suceso y sus agentes rastrearon la zona en busca de pruebas y tomaron declaración a varias personas.
Antonio Cabrera

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