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domingo, 19 de mayo de 2013

LA HOMOSEXUALIDAD YLA HOMOFOBIA

AUTORA : MARIA SANCHEZ


Al hilo de que en la pasada semana, se celebró en el sur de nuestra isla el día del orgullo gay, me ha parecido un tema que aún está candente para hablar de él, y transmitir mi particular opinión  al respecto. Como todos saben la semana del orgullo gay culmina con la gran cabalgata  por las calles de Playa del Inglés en el sur de la isla de Gran Canaria. Para tal evento acuden muchas personas venidas de diferentes países, sean o no, homosexuales.

Este acontecimiento levanta mucha polémica ya que a día de hoy, en pleno siglo XXI existen personas (homófogas) que no admiten a los homosexuales. Por su puesto que están en todo su derecho de admitirlos o no. Lo que no me parece ni medio bien es que les traten como si fueran apestados que se les discriminen, casi con odio y repulsa, no olvidemos que, ante todo, son seres humanos.

Se les critica su forma de actuar y comportarse en ese día. No se puede negar que los hay que suelen  salirse de madres, cierto, pero no olvidemos el comportamiento de los heteros  en los días de carnaval. Siempre en esas fechas hay hombres a los que les agrada vestirse de mujer y, es aquí cuando algún que otro, también se sale de madres. No es de recibo que lleven un traje de faralaes para, a la menor oportunidad, levantarse la falda y dejar asomar un tremendo pene de plástico. Viendo esto me pregunto si, supuestamente, ocultan un secreto en su vida.

Muchas personas, lo mismo jóvenes que mayores, se llevan las manos a la cabeza cuando se toca el tema de la homosexualidad. Se escuchan comentarios  para todos los gustos. Los hay que se arriesgan a decir que esto se ha convertido más en una moda que en una tendencia sexual. Esto se podría entender en tiempos pasados cuando eran arrestados, castigados, torturados con descargas eléctricas y muchos “desaparecidos misteriosamente”  escuchar hablar del tema con tanto odio en dos mil trece resulta, cuando menos, una ignorancia total y una falta de respeto a la libertad de cada persona.


En todo esto hay una cuestión  que me resulta difícil de comprender y, es el hecho, de que ser homosexual lo usen como argumento para negar la adopción a una pareja de gay o lesbiana. Lo que raya en el más absoluto de los absurdos es que, colocando a los niños como escudo, apelan al temor de que puedan llegar a tener la misma tendencia sexual que sus padres o madres adoptivos.
Si nos basamos en esa regla de tres, me hago esta pregunta ¿Todos los antecesores de esas personas eran  homosexuales?

Sinceramente, resulta palpable que les han puesto un estigma, tal y como se hacía en la antigüedad a los enfermos de lepra.
Algunos sectores de la población se atreven a pensar que, el ser homosexual, es una enfermedad que se puede curar con unas pastillas.
Son los mismos que dicen sentir vergüenza cuando se nombra a Canarias como el lugar elegido por estas personas para vivir o pasar sus vacaciones. Personalmente esto no me preocupa. Lo que me quitaría el sueño es saber que mis islas son el paraíso de: traficantes de drogas, pederastas, o desalmados que raptan a niñas y  mujeres para prostituirlas.
Esto, como digo siempre, es mi opinión particular.


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