AUTOR : JOSE DIAZ BENITEZ
Una
hormona llamada “oxitocina” produce efectos en nuestro cerebro muy importantes
de cara a conseguir cierta estabilidad emocional y combatir numerosos estados de
ansiedad, fobias, stress, etc. Se descubrió su existencia en los años cincuenta
del pasado siglo y desde entonces los psicólogos, neurólogos y psiquiatras,
entre otros, han prestado intención a sus efectos, así como a los
mecanismos
que estimulan su liberación en nuestro organismo.
En
los humanos, dicen los investigadores, la oxitocina se libera con un simple
abrazo, una caricia, un beso o mirando a los ojos de un ser querido. También
forma parte del ciclo de respuesta sexual y aumenta con el consumo de dulces y
chocolate.
La
oxitocina se produce en la glándula pituitaria y su secreción está regulada por
células del hipotálamo cuyo impulso nervioso se propaga por el axón hasta las
terminales nerviosas pituitarias.
La
presencia de la hormona en la sangre desencadena en el cerebro, concretamente en
laamígdala
cerebral, una serie de reacciones que favorecen y refuerzan determinados
comportamientos en las personas. Así, por ejemplo, los estudios más recientes
indican que la hormona potencia las relaciones sociales, y podría estar
involucrada en la formación de de confianza y generosidad entre personas.
Recientemente
se han establecido relaciones entre la desaparición o disminución de efectos de
la fobia social debida al aumento de los niveles de oxitocina. “Estudios previos
muestran que administrando oxitocina por vía nasal a individuos sanos se reduce
la activación de circuitos cerebrales vinculados al miedo, aumenta el contacto
visual con otras personas y se incrementa la confianza y la generosidad”,
explica el psiquiatra de la Universidad de California Kai MacDonald. Por eso,
MacDonald sugiere que esta hormona podría ayudar a tratar ciertos trastornos
psiquiátricos que afectan al comportamiento social, como la esquizofrenia, el
autismo, la ansiedad o la fobia social.
Un
estudio de 1998 encontró niveles significativamente menores de oxitocina en
plasma sanguíneo de niños autistas. Un estudio de 2003 encontró un descenso del
espectro de conductas repetitivas autistas cuando se administraba oxitocina
intravenosa. Un estudio de 2007 reportó que la oxitocina ayudaba a adultos
autistas a retener la habilidad de evaluar el significado emotivo de la
entonación al hablar.
Científicos
de la Universidad de Zurich, Suiza, hicieron un experimento donde pudieron
observar que con la hormona preparada en
forma de spray nasal puede un ser
humano recuperar o aumentar la confianza en los extraños, de igual forma podría
servir este spray como un tratamiento para los trastornos como la fobia social y
el autismo. El doctor Thomas Baumgartner del equipo de investigación suizo
mencionó: “Encontramos que la oxitocina tiene un efecto muy específico en las
situaciones sociales y al parecer disminuye
nuestros temores. Una falta de oxitocina es por lo menos una de las causas
del miedo que se experimenta con las fobias sociales. Una persona tiene fobia
social muchas veces por el miedo de ser humillada o avergonzada ante los
demás”.
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