Rocío Gil Grande | Madrid
Cuando uno llama a una puerta y siempre le dan con ella en las narices, muchas veces se ve obligado a optar por otras vías. Es el caso, por ejemplo, de los pacientes de Hepatitis C, que pelean día a día por lograr un tratamiento que podría curarles por completo, pero que algunas consejerías de Sanidad se niegan a dar, a pesar de que lo recomiende la IPT (Informe de Posicionamiento Terapéutico) y que el medicamento haya sido prescrito por un médico.
Precisamente ésta ha sido la primera petición que ha recibido Alfonso Alonso al frente del ministerio, haciendo un llamamiento al Gobierno a que dé permiso para producir Sovaldi, un producto patentado que podría curar esta enfermedad.
Sin embargo, la crisis del ébola ha sido la que ha explosionado las quejas y peticiones en Internet. Dos fueron entonces las peticiones más sonadas: la dimisión de Ana Mato como ministra de Sanidad (no fue una, sino hasta siete las peticiones realizadas), y la salvación de Excálibur, el perro de la auxiliar contagiada por el virus, Teresa Romero. La ministra, finalmente, dimitió, aunque no por el caso del ébola, sino por su última implicación con el caso Gürtel; mientras que el perro fue sacrificado a pesar de todo.
En España, la legislación permite a los ciudadanos presentar una iniciativa legislativa popular aunando un total de 500.000 firmas. Eso, precisamente, es el objetivo de plataformas como Change.org, Peticiones.org o Peticionpublica.es, sumar la fuerza ciudadana para hacer presión y llevar sus peticiones al Congreso de los Diputados.
LOS AFECTADOS POR LA TALIDOMIDA TAMBIÉN QUIEREN SER UN CASO DE ÉXITO
La filosofía en algunos casos es que, cuando la ley desampara al más débil, se cambie dicha ley. Precisamente las leyes son las que han permitido a la Audiencia Nacional anular la indemnización a los afectados por la talidomida, un medicamento de la multinacional Grünenthal dispensado en los años 60 a las embarazadas para evitar los típicos malestares, y que provocó múltiples malformaciones en los fetos, que ahora son personas con distintos niveles de minusvalía. Décadas protestando y recibiendo negaciones es lo que les ha llevado ahora a realizar la petición en estas plataformas para que paguen las indemnizaciones.
Como éstas, hay otras muchas. Ana Mato, tras su dimisión, deja múltiples peticiones abiertas, entre las que se hallan firmas contra las páginas que fomentan la anorexia y la bulimia, para ampliar la baja maternal a 6 meses, para desbloquear las vacunas contra la varicela, implantes cocleares y audífonos accesibles, peticiones para incluir un medidor de glucosa específico en la Seguridad Social, y un largo etcétera.
¿Es posible conseguir algo con todo esto? Sí. Muchas peticiones se quedan en el tintero, pero los casos de éxito han demostrado que merece la pena seguir insistiendo cuando la causa es justa. Es el caso de José Manuel, uno de los pacientes con Hepatitis C que, bajo la recomendación de su médico, “tuvo que moverse” para conseguir la aprobación de la medicación que necesitaba. Logró más de 181.000 firmas en Change.org, y finalmente consiguió que elMinisterio de Sanidad se lo aprobara. Ahora, un vídeo logra demostrar que sí se puede cambiar las cosas; un vídeo que lleva por título “Victorias 2014”.
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