Opinión
El parque infantil y sus alrededores ha pasado de ser un lugar de ocio para los niños y sus padres a, un cagadero de perros, donde los dueños exigen que se haga un espacio para los perros, mientras el tiempo pasa el concejal responsable y el alcalde sin hacer nada, esto es un parque infantil fantasma y un cagadero de perros improvisado.
Telde avanza solo en algunas concejalías.


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