Juan Carlos Habla
Artículo de opinión
A nadie se le esconde lo que hacen las gaviotas, cuando les
escribe a las gaviotas y te contesta, por lo menos tienes la sensación que te
han escuchado, vuelan en diferentes rumbos y siempre intentando tener todo en
orden, evidentemente sucede que por mucho que vuelen siempre no lo ven todo,
necesitan la participación de los vecinos, las gaviotas se hacen notar con
hechos y no solo palabras, no deberían de engañar a aquellos que les escucha, no deberían de
hacer promesas que no puedan cumplir en tiempo, pero a pesar de todo siguen
volando y siempre con lupas en los ojos para que no se escape nada.
A nadie se le esconde lo que NO hacen los ciudadanos, les
escribe por correo electrónico y tan solo te responde uno y cuando se acuerda,
da la sensación que no saben lo que hacen, llevar una responsabilidad tan
grande que no es apto para todas las
personas, a veces una retirada te deja la opción de salir por la puerta grande,
cuando los vecinos y foráneos que pasan
un tiempo en la ciudad, te dicen donde hay alguna incidencia, o bien te hace
llegar la solución a un problema, algunos ciudadanos no tan solo no te
contesta, te ignora no solucionando el problema, la triste realidad es que el
vecino que paga impuesto, vota cada cuatro años y no recibe respuestas por
algunos de los ciudadanos, es el vecino
que vive en una ciudad de abandono en algunos aspectos.
Todos los vecinos y
todos los medios de comunicación no son iguales.
Efectivamente, demuestran una notoria falta de consideración hacia la realidad y sus responsabilidades, actuando como si les incomodara la visibilidad de un desempeño laboral deficiente, y desatienden a quienes les brindaron la oportunidad de ocupar sus cargos. En línea con el refrán popular, su comportamiento evoca la imagen del felino que, al alimentarse, cierra los ojos en señal de ingratitud. No obstante, esta comparación se realiza con el debido respeto hacia los gatos.
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