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sábado, 22 de febrero de 2014

Habla la familia del niño al que un hombre intentó "raptar" en Puerto del Carmen: "Estamos asustados e indignados"

Están “indignados, preocupados y asustados”. No se explican por qué el hombre acusado de la detención ilegal de su pequeño de cuatro años en Puerto del Carmen fue puesto en libertad con cargos y no se decretó su ingreso en prisión provisional. Les preocupa que pueda volver, que pueda llevarse de nuevo a su niño o a otro menor, o que quiera tomar represalias contra esta familia por haberle denunciado. Tampoco se explican por qué el juez no decretó una orden de alejamiento, ni por qué no le imputa un delito de allanamiento de morada, ya que cogió al pequeño del interior de la terraza de una casa.

“Nos  ha dolido bastante que ya esté en libertad. Estamos indignados porque hemos visto lo que ha pasado, lo hemos vivido”, afirma a La Voz el padre de este niño, que no puede parar de pensar “qué hubiera ocurrido” si su mujer y un vecino no detienen a este hombre y le arrebatan al menor de sus brazos. El suceso tuvo lugar el pasado domingo sobre las 18.15 horas, en una “tranquila zona” de Puerto del Carmen. “No se me quita de la cabeza. Es como volver a nacer, volver a recuperar a mi niño”, asegura.
Este padre explica que el hombre que cogió a su pequeño de la terraza de casa de sus padres “se lo llevó hacia una casa, hacia un apartamento”. “Si llegan a pasar unos minutos más, y el hombre logra colarse en una casa, mi familia podría haber estado buscando al niño sin encontrarle. Le podía haber hecho algo malo. Consiguieron detenerle en las escaleras de un apartamento, de una casa, y no tenemos ni idea de cuáles eran sus intenciones”, afirma conmocionado.
El niño se encuentra bien, aunque “por las noches tiene miedo a dormir solo”. “Tiene pesadillas. Tiene miedo de que vuelva el ‘viejo del gorro’, que es como le llama. Cuando le dices algo sobre el tema se pone muy nervioso, se agarra del pelo. Intento contarle cuentos y otras cosas para que no lo piense”, relata. También tiene un miedo atroz a los perros desde este episodio.
El niño asegura que el este hombre le llegó a decir que si no se iba con él “le iba a echar a un perro negro”. “Ayer, saliendo de mi casa para llevarle al colegio, pasó un perro. Mi hijo me soltó la mano y se fue hacia la carretera”, señala este hombre, cuya familia, natural de Melilla, lleva viviendo desde 1986 en esta zona de Lanzarote, “muy tranquila” y donde nunca han tenido ningún problema. Tienen otros dos hijos, de dos y tres años.

Le seguía haciendo “muecas al niño”


La madre, que vivió “esta pesadilla” de primera mano, también está conmocionada. “Le tiene miedo a este señor, está bastante asustada. Dice que si le ve otra vez se desmaya”, afirma. Según el relato de esta familia, el detenido, un británico de 60 años, iba “bien vestido”, pero se mostró “muy frío” cuando fue retenido por la madre y el vecino. “No respondía a nada, no decía por qué se había llevado al niño. El vecino que también es inglés le preguntó, y el otro sólo contestaba ‘I don’t know’ (no lo sé)”, cuenta este padre.
Lo que sí les llamó la atención es que, tras retener a este hombre que intentó “escaparse dos veces” antes de que llegara la Guardia Civil, “seguía como obsesionado con el niño”. “¡Seguía haciéndole muecas al niño!”, exclama. Además, asegura que tanto un vecino de 11 años como su propia hermana de 15 años “juran que vieron a este señor en una vivienda de la zona unos días antes”, por lo que sospechan que estaba “acechando este lugar”.
La familia ha hablado con los inquilinos de esa vivienda y, según afirma este padre, “existen contradicciones”. “El marido dice que no conoce a este señor de nada y la mujer dice que sí, porque pasó un día al sentirse perdido. No sabemos nada más”.
Este padre solo espera que este hombre se mantenga alejado de su familia y de cualquier niño, porque tiene “miedo” a que estos hechos puedan volverse a repetir. Critica la decisión del juez porque “al final parece que tiene que pasar algo grave para que se tomen cartas en el asunto” y, por el contrario, agradece la labor de la Guardia Civil porque fueron “muy rápidos”, trataron “muy bien" a la familia, a la que "ayudaron mucho”.
Jamás imaginaron que, en Lanzarote, pudiera ocurrir algo así. “Estamos acostumbrados a vivir tranquilos, a pensar que nunca pasa nada aquí. Ese exceso de confianza es malo también, porque siempre hay una primera vez”, reflexiona. Por ello, espera que su caso sirva de ejemplo para que otros padres estén precavidos. “Ayer estuvimos en un parque y vimos a los padres muy atentos con sus hijos”, afirma.
fuente :http://www.lavozdelanzarote.com/

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