Aprender a desconectar del trabajo es una virtud que no llego a alcanzar del todo. Estos primeros días de mayo he visitado Berlín y le reconozco que por las noches en la habitación me conectaba a la wifi para revisar el whatsapp, el correo e Internet y estar al tanto de todo y, en concreto, del caso deMarta del Castillo. Así, a distancia, me he ido enterando, de que los malos augurios que presagiaba desde esta página se han ido cumpliendo.
Conviene recordar que los jueces son humanos por mucho que algunos (generalizar es un error) se pongan la capa de deidad y se comporten como tal. No tienen poderes sobrenaturales ni rayos x que permitan leer la mente del sospechoso ni diferencian las palabras falsas de las verdaderas al oírlas ni tienen visiones reveladoras que les permitan hacer justicia ni aciertan en todas sus decisiones. De hecho, he conocido algún absoluto necio en estos años. Le diré, por si se siente ofendido, que sí, que en el periodismo también (seguro que alguno me incluye a mí en esa categoría) y que el error es inherente a nuestra condición humana. Nuestras armas son la información, la lógica y la pluma. Los jueces, apoyados en muchas normas escritas, y a falta de poderes sobrenaturales, despliegan en sus providencias, autos y sentencias el ejercicio de la razón, o de la sinrazón, apoyándose en la Ley. No hay otro truco.
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Nacho Abad
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