Crónicas malíes: Barrio de Aljanabandja, en Gao, norte de Malí. Diez de la mañana. Decenas de mujeres y niños acuden con sus garrafas vacías al punto señalado. Hoy hay reparto de agua gracias a los Patrulleros, una asociación que nació durante la ocupación de la ciudad por parte de varios grupos armados, que cuentan con la colaboración del Ejército senegalés, que aporta sus camiones cisterna. Tres meses después de la "liberación" de Gao, el agua la sigue suministrando el Comité Internacional de la Cruz Roja, pero no llega a todos los barrios. No hay electricidad, salvo tres o cuatro horas al día con suerte, y también la paga el CICR. En Tombuctú la situación es similar, pero en cientos de pueblos es aún mucho peor. La paralización económica es casi total y el hambre y la malnutrición acechan. Mientras en Bamako piensan en elecciones, el norte piensa en sobrevivir cada día.
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lunes, 13 de mayo de 2013
Crónicas malíes :
AUTOR : PEPE NARANJO
Crónicas malíes: Barrio de Aljanabandja, en Gao, norte de Malí. Diez de la mañana. Decenas de mujeres y niños acuden con sus garrafas vacías al punto señalado. Hoy hay reparto de agua gracias a los Patrulleros, una asociación que nació durante la ocupación de la ciudad por parte de varios grupos armados, que cuentan con la colaboración del Ejército senegalés, que aporta sus camiones cisterna. Tres meses después de la "liberación" de Gao, el agua la sigue suministrando el Comité Internacional de la Cruz Roja, pero no llega a todos los barrios. No hay electricidad, salvo tres o cuatro horas al día con suerte, y también la paga el CICR. En Tombuctú la situación es similar, pero en cientos de pueblos es aún mucho peor. La paralización económica es casi total y el hambre y la malnutrición acechan. Mientras en Bamako piensan en elecciones, el norte piensa en sobrevivir cada día.
Crónicas malíes: Barrio de Aljanabandja, en Gao, norte de Malí. Diez de la mañana. Decenas de mujeres y niños acuden con sus garrafas vacías al punto señalado. Hoy hay reparto de agua gracias a los Patrulleros, una asociación que nació durante la ocupación de la ciudad por parte de varios grupos armados, que cuentan con la colaboración del Ejército senegalés, que aporta sus camiones cisterna. Tres meses después de la "liberación" de Gao, el agua la sigue suministrando el Comité Internacional de la Cruz Roja, pero no llega a todos los barrios. No hay electricidad, salvo tres o cuatro horas al día con suerte, y también la paga el CICR. En Tombuctú la situación es similar, pero en cientos de pueblos es aún mucho peor. La paralización económica es casi total y el hambre y la malnutrición acechan. Mientras en Bamako piensan en elecciones, el norte piensa en sobrevivir cada día.
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