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lunes, 14 de mayo de 2018

¿DESDE CUÁNDO USAMOS? LOS EMOTICONOS.



En más de una ocasión, me asombra la facilidad con la que podemos hacer un sinfín de actos sólo con mover un dedo. Con un dedo encendemos la lavadora, la cafetera eléctrica, o la placa donde cocinamos nuestras comidas.
Con levantar un dedo llamamos al camarero, al taxi, o le advertimos al pequeño de la casa que eso no se toca, eso no se coge o eso no se come.
Las nuevas tecnologías nos proporcionan tantas y tan variopintas comodidades que hasta un robot nos puede limpiar la casa, encender y apagar las luces o cerrar y abrir las persianas de nuestra casa.
Nos vemos rodeados de tantos inventos, que ya pienso si llegará un momento en el que una máquina podrá pensar por mí, decidir lo que voy a comer o la ropa con la que me vestiré. Sin olvidar que esto ya nos está sucediendo a través de los medios de comunicación, quienes nos inculcan todo lo que esta o aquella marca quiere vender.
Centrándome en los móviles, pienso que estos se llevan la palma en cuanto a ponernos fácil lo de expresar lo que sentimos o deseamos decir. Es en Wasap donde podemos decir más cosas con menos palabras. Una carita redonda y sonriente, le dice a nuestro interlocutor que estamos contentos, tristes o cabreados. Podemos mandar todos los besos que nos apetezca o decirle a la otra persona que nos caemos de sueño, y todo, con un dedo.
Estas caras que usamos tanto tienen el doble de años que más de una de las personas que la usan a diario una y mil veces.
La primera en aparecer fue la carita redonda y con sonrisa de oreja a oreja nació, nada más y nada menos que en 1982, con lo que hoy tienen 36 años. A esta le siguieron otras más llegándose a contar por centenares. Nacieron de la mente de Scott E. Fahlman, profesor de investigación de Universidad y experto en inteligencia artificial.
Su revolucionario invento ha logrado vencer las limitaciones que tenemos para expresar nuestras emociones al escribir.
María Sánchez.

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