Con fe y recogimiento se reúnen los católicos para acompañar a Jesús en las últimas horas vividas, entre el amor y el sacrificio, al morir en la cruz por todos nosotros.
Poco importa
el tamaño del templo, tampoco su magnificencia, pues lo que forma una iglesia o
parroquia no son sus paredes sino los feligreses que con devoción acuden a los
actos religiosos.
Los vecinos
de San José de Las Longueras llegan a su parroquia con amor, fe y devoción para
participar de los actos litúrgicos que allí se celebran.
Al llegar la
Semana Santa conmemoraron la pasión y muerte de Cristo la cual dio lugar el Jueves
Santo con el Lavapiés, la representación de la última cena, la bendición y
reparto de los panes para finalizar con la hora Santa donde, con recogimiento,
acompañaron a Jesús.
Llegó el
viernes y con él la noche más triste pues Él, nuestro padre, moría en la cruz
para redimirnos del pecado. Allí se reunió un grupo de cristianos que
acompañaron al celebrante, ayudantes y mujeres que dieron lectura a varios párrafos
de la sagrada Biblia.
El sacerdote
y sus acólitos presentaron la Santa Cruz para ser besada por los y las
presentes. Las mujeres vestían trajes negros y cubrían sus cabezas con pañuelos
también negros en señal de respeto y dolor.
Terminado el
Santo Oficio se celebró el viacrucis por las calles del barrio donde los
cofrades portaban la Santa Cruz y eran acompañados por los fieles quienes, con la
tenue luz de los faroles, iluminaban las calles oscuras y silenciosas.
Hoy sábado,
tendrá lugar el momento más excelso de la Semana Santa, la resurrección de Jesús
Cristo y que a los cristianos nos lleva a creer que resucitó de entre los
muertos.
Mi
enhorabuena y felicitación más sincera para las mujeres y hombres que, por amor
a Dios, restan horas al descanso y la familia para elaborar una Semana Santa
como la que viví a su lado.
Feliz Pascua de Resurrección.
María Sánchez.
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