Tal vez cuando
usted este leyendo este artículo ya hemos despedido al año viejo para, entre
algarabías, risas y canciones, recibir al nuevo año. Al alzar nuestras copas
todos pedimos lo mismo ¡Salud! O como también se suele decir, “que sea como el
que ha pasado”
Para nadie es
agradable perder un ser querido, pero, debemos ser coherentes con la realidad y
pensar que antes que nosotros, los que nos precedieron también perdieron un
miembro de su familia y la vida continúo.
Personalmente
prefiero recordar los momentos buenos, los amigos que he conocido, las risas
compartidas y el pensamiento de que este nuevo año será mejor que el anterior.
Sin embargo,
esto no me impide pedirle al nuevo año que no tengamos que lamentar más muertes
de mujeres a manos de sus parejas, que haya menos niños siendo objeto de sucios
deseos por parte de adultos, menos hombres muriendo por guerras sin sentido o
sufriendo falsas denuncias de sus ex parejas.
Deseo que en
este nuevo año no veamos desfilar por los juzgados a tantos políticos corruptos,
empresarios enriqueciéndose con el sudor de los trabajadores, que no veamos a
nuestros campos siendo pasto de las llamas por culpa de unos descerebrados.
Pido al nuevo
año que los hombres nos concienciemos del daño que hacemos a nuestro planeta y
pensemos que es el futuro de los que vienen detrás en un tiempo no muy lejano.
Desear que nos
amemos más, que no pongamos zancadillas a los que desean superarse en el ámbito
que sea y que aquellos que suben no lo hagan pisando a los que están abajo.
Que haya menos
niños sufriendo enfermedades incurables, que nuestro dinero se emplee para
ayudar a la ciencia en sus investigaciones sin que tengan que abandonarse por
falta de dinero.
Comprendo que
todos estos deseos puedan parecer más una utopía que una realidad, pero, la
positividad nos puede llevar a cosas positivas.
Por supuesto no
me olvido de pedir que a todos los lectores el próximo año les venga lleno de
cosas tan maravillosas que crean que están soñando.
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