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lunes, 12 de junio de 2017
Confianza y confidencialidad, claves en la detección de la violencia de género en farmacias
Accesibilidad, confidencialidad y confianza. Son los aspectos que hacen que el farmacéutico pueda tener mucho que aportar en la erradicación de la violencia de género. De hecho, la ministra de Sanidad, Dolos Montserrat, ha anunciado recientemente que en los próximos días se renovará un acuerdo, puesto en marcha en 2014, para que las oficinas de Farmacia colaboren en la detección de casos de violencia de género.
En este sentido, y como expone Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), “la confidencialidad que aporta el farmacéutico, y la confianza demostrada en numerosos estudios, convierten a la red de farmacias en una estructura a potenciar” en este ámbito.
Y es que, según el portavoz de los farmacéuticos, la accesibilidad de la farmacia garantiza el contacto directo e inmediato, “sin necesidad de citas previas”, con las pacientes, que por lo general son personas cercanas a su entorno, de forma que el profesional puede conocer su situación familiar, “podemos tener señales que nos indiquen que es necesario actuar…”.
Por otro lado, se trata de la profesión sanitaria con mayor porcentaje de mujeres colegiadas después de Enfermería y Psicología, “de ahí que tengamos una especial sensibilidad también hacia el problema de la violencia de género”.
Todo ello, en opinión de los farmacéuticos, ayuda a que la mujer víctima de maltrato rompa la llamada “espiral del silencio”, que hace que únicamente el 25% de las mujeres que se sienten maltratadas lo denuncien. “El clima de confianza del farmacéutico y la farmacia puede colaborar a salir de él”, ayudando a que la mujer se ponga en mano de asociaciones o servicios jurídicos para recibir ayuda y denunciar su situación.
CLAVE EN EL ÁMBITO RURAL
Esta realidad, “que debería tenerse en cuenta”, cobra una especial importancia, segúnAguilar, en el ámbito rural, donde las mujeres presentan dificultades añadidas para salir de la violencia de género.
Buen ejemplo de ello es que, de la red de 22.000 farmacias que hay en España, más del 64% se encuentran fuera de las capitales de provincia y, concretamente, más del 27% en poblaciones de menos de 10.000 habitantes. “Poblaciones, en las que, casi siempre, el farmacéutico es el único profesional en contacto directo y diario con la población a la que asiste”.
El presidente del CGCOF ya expuso en la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados, algunas de las iniciativas que han puesto los farmacéuticos para combatir la violencia de género en los últimos años, una de ellas, consistente en que los tickets de las farmacias incluyan los teléfonos y recursos más importantes de atención a la violencia de género.
No obstante, los portavoces de la profesión solicitan que, en el marco de la segunda Estrategia Nacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, se incorpore la elaboración de un protocolo de actuación de la Farmacia Comunitaria con el fin de implicar más activamente a los farmacéuticos. “Un participación que requerirá también la formación a los farmacéuticos, una formación que les permita una intervención más directa, más activa”, concluye Aguilar.
http://consalud.es/profesionales/confianza-y-confidencialidad-claves-en-la-deteccion-de-la-violencia-de-genero-en-farmacias--36976
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