Andrew Anglin.-
Un grupo de refugiados se ha negado a comer durante una semana en un centro de asilo italiano por disconformidad con la comida. Para hacer público su descontento contactaron con un grupo de activistas de Libertà, que apoyaron la protesta de los inmigrantes. “La comida que nos sirven no es comestible. Tuvimos que tirarla a la basura”, dijeron.
Denunciable sin duda que los “blancos racistas” italianos incumplan con las escrupulosas normas alimenticias de estos superhombres merecedores de ser tratados como príncipes. Esto prueba también la insensibilidad de los malvados hombres blancos, cuya cultura se reduce a la esclavitud, el holocausto y la mala alimentación. Nada que ver con la opulencia y la exquisita liberalidad existentes en los países de procedencia de estos sibaritas.
Y es que los racistas europeos no quieren comprender que no están tratando con hombres comunes que huyen de la brutal guerra en Siria, sino con personas que están llamadas, porque ellas lo valen, a disfrutar gratis de todas las atenciones, ventajas y comodidades que les compense de todos los excesos históricos del hombre blanco, por encima de nimiedades tales como el progreso tecnológico, la lucha contra las enfermedades o los avances científicos. De qué nos sirve haber llevado hombres a la luna, explorado Marte o inventado casi todo lo que utilizamos a diario, si nuestra civilización no es capaz de colmar de placeres a huéspedes tan ilustres y a los que tanto debe. Porque ellos lo valen.
http://www.alertadigital.com/2017/02/15/refugiados-con-gustos-principescos-rechazan-la-comida-de-un-centro-de-asilo-italiano-y-la-tiran-a-la-basura/
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