El trabajo examina los efectos que esto tiene en el clima ártico, concluyendo que el despliegue de esta técnica en más del 10% del Ártico, especialmente donde la supervivencia del hielo es marginal, podría más que revertir las tendencias actuales de la pérdida de hielo en el Ártico, utilizando la capacidad industrial existente. Eso sí, el proyecto no es barato. Desch y su equipo han calculado que implementarlo tendría un coste de 500.000 millones de dólares. A medida que el clima de la Tierra ha cambiado, la extensión del hielo marino ártico ha disminuido drásticamente. Es probable que el Ártico de fines del verano esté libre de hielo en los años 2030. Esta pérdida de hielo marino representa una de las reacciones positivas más severas en el sistema climático, ya que la luz solar que de otro modo se reflejaría en el hielo marino es absorbida por el océano abierto. Es poco probable que los niveles de CO2 y las temperaturas medias puedan reducirse a tiempo para evitar esta pérdida, por lo que restaurar artificialmente el hielo marino es un imperativo. "Proponemos que el espesamiento del hielo invernal por las bombas eólicas sea considerado y evaluado como parte de una estrategia multifacética para restaurar el hielo marino y detener las reacciones más fuertes en el sistema climático", se dice en el estudio, publicado en Earth's Future, la revista de la American Geophyisical Union.
Fuente: Energías Renovables
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