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domingo, 12 de enero de 2014

Un simple "Adelante para H-50".













Hoy volvía caminando a casa, despacio, mirando a todo y nada; pensando, meditando. El semáforo estaba rojo, me detuve, aún le quedaban quince segundos, y a mi lado, una pareja joven. No pude evitar oír su conversación:

Ella: Es que fueron unos años muy buenos...
Él: Sí, pero la vida cambia y donde esté el trabajo...
Ella: Ya, no sé, pero siento nostalgia...


Nostalgia, tres simples sílabas que tanto significado esconden.

Nos dice la Real Academia de la Lengua Española que la nostalgia es la "tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida"  y creo que eso es exactamente lo que sentí hoy al encontrarme a mi amigo Juan, que precisamente se encontraba de servicio en la unidad de motos a la que pertenece, cuando oí a través de su pocket*:

"Adelante para H-50". 

Para los que no lo sepáis, H-50 es el nombre (o en el argot policial, "indicativo"), por el que se conoce a la  gran mayoría de Salas del 091 de las ciudades españolas; centro neurálgico y de coordinación de todos los indicativos que están en la calle: motos, coches, patrullas a pie o el mismísimo helicóptero; pero en la plantilla en la que llevo ya unos cuantos años, no existe H-50, sino otro, y más bien lo escuchamos poco, muy poco. 

Juan cogió el pocket*, apretó el botón y le comunicó a H-50 la matrícula de ese vehículo que le había parecido sospechoso; - Joder, ese parece el turismo del que comunicaron su sustracción hace unas horas-. H-50 devolvía el comunicado para Juan.

- "Indicativo Charli10 para H-50"

- "Adelante para Charli 10"

- "El vehículo no tiene nada."

- "Gracias H-50"

- "No se merecen, buen servicio".

Nostalgia, "tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida". 
Nostalgia al oír a H-50.
Nostalgia operativa, como la de pasar una matrícula de un vehículo sustraído. Tan poco como eso.

Juan está mañana en turno de noche, este fin de semana hemos quedado para tomar un café. Saludos desde aquí, Juan.

Sí, sentí nostalgia, pero aunque mi actual lugar de trabajo diga  bien poco a nivel operativo, estoy en un grupo profesional que vale oro; desde el primero hasta el último, y el día que me vaya, sentiré nostalgia. 

Qué sentimiento tan contradictorio.


*Pocket: en el argot policial,  como se conoce al equipo de transmisión .

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