Son muchos los padres que sueñan con que su retoño sea famoso a costa de lo que sea, ellos pasan el tiempo buscando ese concurso donde poder inscribirlo, lo mismo puede ser: baile, canto, desfile de ropas o allí donde puedan llegar a la fama y cuanto antes mejor.
Particularmente no aplaudo esta costumbre aunque, lógicamente la respeto, en muchos casos es mayor el afán de los padres que el que pueda sentir la criatura al que se le estresa y se le crea una ilusión que puede acabar en lágrimas.
Hace unas semanas el CC La Ballena, visitó diferentes colegios con el ánimo de encontrar niños y niñas para presentarlos en los próximos carnavales en el concurso de reina y príncipe infantil.
Fueron muchas las madres que no desdeñaron la idea y accedieron gustosos a esta posible oportunidad que el destino les deparaba. Mientras, los fueron llenando de ilusiones como si supieran a fe ciega que serían elegidos pero, se de algunos casos en los que esto no ocurrió, y aquí es cuando pienso en el desengaño y desilusión que pudo sufrir la criatura al saberse no cualificado para lo que se pretendía.
Todos sabemos de algún niño que fue obligado por su madre, que son las que ponen mayor interés, a presentarse a cualquier casting que surgiera, sin pensar en el dolor que causaban a su hijo cuando era rechazado una y otra vez.
Quizás en algunos casos todo ha salido bien pero, cuando no es así debemos pensar que quien sufre es la criatura.
María Sánchez
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